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El precio del sueño 'americano'

1 de abril de 2003

Alrededor de veinte mil soldados de origen latinoamericano, se encuentran en el frente en Irak defendiendo con su vida una bandera que no es suya.

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Shoshana Johnson, nacida en Panamá, es prisionera de guerra en Irak.Imagen: AP

Tras las primeras semanas de la guerra en Irak, la 'gran minoría' en las fuerzas armadas de Estados Unidos, ya ha sufrido bajas. El número de 'hispanos' en el ejército estadounidense va en aumento, se estima que alrededor de 130.000 ciudadanos americanos de origen hispanoamericano, se han enrolado en el ejército con la esperanza de mejorar su estatus social y su nivel de vida. Actualmente hay más de 20.000 latinos en el frente de Irak.

La opción de los marginados

Los hispanoparlantes han superado a los afroamericanos como el mayor grupo minoritario de Estados Unidos. Con una comunidad de 37 millones, representan un 13 por ciento de la población estadounidense.

Según las estadísticas, hispanos y negros tienen que afrontar la parte más dura de la guerra en defensa de las barras y estrellas. Provienen en general de las capas desfavorecidas y el ejército significa para ellos la posibilidad de salir del ambiente social donde viven, convertirse en héroes y de paso, obtener la nacionalidad americana. Así pueden acceder en algunos casos a estudios superiores y hacer una carrera. Sin embargo, el acceso a los altos rangos del ejército está controlado por la minoría blanca y anglosajona, que ocupa el 83% de los cargos de influencia. La mayoría de los hispanos combaten en primera línea, y la desgracia de las madres latinas está presente en las noticias de los últimos días.

En las sucesivas guerras en las que EEUU ha participado, el numero víctimas de origen latino aumentó constantemente. Ya en la Segunda Guerra Mundial, unos 300.000 soldados hispanos, se jugaron la vida en el frente. El 20% de los soldados en Vietnam tenía apellidos de origen hispano aunque sólo constituían un 5% de la población . Se vieron obligados a dar su vida para rendir honor a una bandera que no era la suya. Mientras tanto, los ciudadanos estadounidenses se evadían del llamamiento a filas huyendo a Canadá o estudiando en cualquier universidad.

Las recompensas de la guerra

US Truppen in Deckung vor einem Farmhaus
Tropas estadounidenses.Imagen: AP

Actualmente los latinos constituyen el 9% de las tropas estadounidenses. Aún así, el porcentaje de latinos en las fuerzas armadas, es menor que el de la población civil. Este fenómeno tiene una facil explicación. Todos necesitan obtener una media mínima en la escuela secundaria para acceder al ejército. Muchos de los latinos que provienen de zonas marginales, ni siquiera tienen eso.

El gobierno de Bush ya suavizó este requisito exigiendo una media mas baja. También la ley de extranjería fue modificada para poder conseguir la cifra de 85.000 soldados que EE.UU. necesita anualmente. Con la "Green Card" tenían que esperar 5 años hasta regular su situación. Este proceso se ha acelerado. Con el ingreso en las fuerzas armadas se consiguen ventajas para obtener la nacionalidad.

Los primeros héroes caídos

José Gutierrez fue la primera víctima entre los hispanos en Irak. El soldado de origen guatemalteco creció en las calles y llegó a Estados Unidos a la edad de 14 años. Viajó 2000 Km. oculto en vagones en busca de una oportunidad en la vida. Tras ser detenido por la policía de inmigración, fue acogido en el seno de una familia de inmigrantes y así consiguió regularizar su situación. Se alistó en el ejército para devolver a Estados Unidos lo que el país le había dado. José llevaba menos de un año de entrenamiento y pese a su poca experiencia, fue destinado a Irak. José Angel Garibay, de origen mexicano, y José Gutierrez, son los primeros hispanos que integran la lista de héroes caídos en la Operación por la Liberación de Irak.

Edgard Hernández, uno de los prisioneros cuya imagen fue emitida por todo el mundo fue capturado en una emboscada en las ínmediaciones de Nassirija. Shoshana Johnson, nacida en Panamá también fue tomada prisionera.

Aunque muchos consideran un honor servir a la patria, no quieren mancharse las manos de sangre, ni están dispuestos a morir por los intereses de mandos militares y políticos que defienden valores con lo que no están plenamente identificados. Para muchos, el ejército es simplemente una salida. Muchas familias pasan noches en vela esperando noticias de Irak con una única esperanza: que sus muchachos vuelvan a casa cuanto antes.