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El Papa lamentó la "continua matanza" en Irak

DW/Agencias8 de abril de 2007

Ante unos 100.000 fieles congregados en la plaza de San Pedro, el Papa celebró la misa de Pascua de Resurrección, en la que pasó revista a los males que aquejan al mundo pero no aludió a la pena de muerte.

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El Papa impartela bendición Urbi et Orbi.
Con la bendición Urbi et Orbi culminaron las celebraciones de Pascua de Resurrección.Imagen: AP

El llamado a la esperanza, que es el mensaje central de la fiesta de Pascua de Resurrección, volvió a resonar este año en la plaza de San Pedro, ante unas cien mil personas que se dieron cita en ese lugar para asistir a la misa celebrada por Benedicto XVI y recibir la bendición Urbi et Orbi en directo. "Señor, muestra hoy también que el amor es más fuerte que el odio. Que es más fuerte que la muerte", dijo el Papa durante la ceremonia, en la que pasó revista a las múltiples miserias y conflictos que afligen a amplias regiones del mundo.

Blick über den Petersplatz, wo der Papst die Ostermesse hält
Multitudinaria, como siempre, fue la sistencia de fieles a la Plaza de San Pedro.Imagen: AP

Especial mención hizo el pontífice de la "continua matanza" en Irak, lamentando que no llegaran "buenas noticias" desde ese país. El Medio Oriente, Afganistán y la dramática situación en Darfur fueron otros temas explícitamente aludidos por el Pontífice. Sin embargo no mencionó en la larga lista de males el tema de la pena de muerte.

Marcha contra la pena de muerte

El hecho decepcionó a los participantes en una marcha contra la pena capital, que comenzó en la Plaza del Capitolio y desembocó en la Plaza de San Pedro. Los manifestantes, entre los que se contaban el ex presidente italiano, Francesco Cossiga y el alcalde de Roma, esperaban que Benedicto XVI les dirigiera un saludo, como lo había hecho en 1994 el Papa Juan Pablo II en una oportunidad similar. Así lo había manifestado previamente una de sus adherentes, la ministra italiana de Comercio Exterior y Política Europea, Emma Bonino.

Aunque no participaron directamente en la marcha, el primer ministro italiano, Romano Prodi, y 16 miembros de su gabinete, apoyaron la iniciativa con sendos mensajes. La iniciativa tuvo por objeto respaldar la moratoria mundial de la pena de muerte que promueve el gobierno de Italia ante la Organización de las Naciones Unidas.