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El Papa en España

4 de mayo de 2003

Alrededor de un millón de fieles inundaron el domingo el centro de Madrid para escuchar al Papa Juan Pablo II quien los exhortó a no romper con sus raíces cristianas.

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No ha perdido poder de convocatoria.Imagen: AP

"¡No rompáis con vuestras raíces cristianas!", exhortó el Pontífice a la población española. Agregó que sólo las raíces cristianas serán capaces de traer al mundo y a Europa el poder cultural de la historia española.

La jerarquía eclesiástica está preocupada porque España, tradicionalmente uno de los países más católicos del mundo, se está volviendo cada vez más laica. Las encuestas muestran que el 85% de los españoles se consideran católicos pero solamente una cuarta parte va a misa los domingos.

Impone récord

El acto principal de la visita del Pontífice de 82 años a España fue proclamar santos a cinco religiosos españoles, incluido el padre Pedro Poveda (1874-1936) fusilado por los republicanos durante la Guerra Civil.

Los otros canonizados fueron el jesuita José María Rubio (1864-1929), y las monjas Genoveva Torres (1870-1956), fundadora de las Angélicas; Angela de la Cruz (1846-1932), fundadora de las Hermanas de la Compañía de la Cruz, y Maravillas de Jesús (1891-1974), de la orden de las Carmelitas Descalzas. Tras la ceremonia del domingo, el Papa ha canonizado a 470 personas y beatificado a 1.314, una cifra superior a la de todos sus predecesores juntos.

Mensaje de paz

Un día antes el Pontífice, en su quinta visita a España en sus casi 25 años de Pontificado, congregó a 600.000 jóvenes que le dieron una calurosa bienvenida en la base aérea de Cuatro Vientos. El Papa exhortó a los jóvenes a apartarse del nacionalismo exasperado, el racismo y la intolerancia y exhortó a los jóvenes de todo el mundo a trabajar contra la espiral de violencia y terrorismo que dijo ha sembrado odio y muerte en todas partes del planeta.

"Testimoniad con vuestra vida que las ideas no se imponen, sino que se proponen", dijo a su llegada a Madrid. El Papa dijo que rezaba para que el mundo pudiera alcanzar por fin una paz duradera. El inequívoco mensaje del Papa contra la guerra coincidió con la voz de la amplia mayoría de los españoles, que se opusieron firmemente a la guerra encabezada por Estados Unidos en Irak, pese al apoyo del gobierno del presidente José María Aznar. El Papa se reunió también en privado con Aznar y su familia, en un acto en el que, según medios, no se abordó el espinoso tema de la guerra.