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El Papa debuta en la Jornada Mundial de la Juventud

19 de agosto de 2005

La triunfal llegada del Papa Benedicto XVI a Colonia, para participar en la Jornada Mundial de la Juventud, sus primeros gestos y las expectativas que genera, son tema de comentarios en la prensa europea.

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Ambiente de fiesta en Colonia.Imagen: AP

Die Welt, de Berlín, opina: "La mejor oportunidad de Benedicto consiste en anunciar el mensaje cristiano como una nueva liberadora. Al interior de la Iglesia, tal liberación consistiría en dejar de lado algunas discusiones marginales, para volver a concentrarse en lo medular del mensaje. Al Papa también lo escuchan millones de protestantes; también hay miles de jóvenes evangélicos en Colonia. En Alemania viven 54 millones de cristianos. ¿Cómo se los percibirá en el futuro?

Un desconocido

El País, de Madrid, apunta: "El Papa, que inició ayer en Alemania su primer viaje oficial, es todavía un desconocido. Se sabe casi todo de Joseph Ratzinger, el teólogo renovador del Concilio Vaticano II que viró hacia el conservadurismo a finales de los sesenta, el guardián de la ortodoxia que manejó con puño de guerra y guante de seda la Congregación para la Doctrina de la Fe, el amigo y colaborador de Juan Pablo II. (...) Los primeros meses de Juan Pablo II fueron un torbellino de actividad. El arranque del nuevo papado ha sido todo lo contrario: un remanso de continuismo en un Vaticano que, inmóvil durante años debido a la enfermedad de Karol Wojtyla, parece anclado en la inercia. (...) Será interesante ver cómo se maneja en un país que lo acoge con los brazos abiertos, pero con un espíritu crítico al que Benedicto XVI no está habituado."

Difícil sucesión

The Independent, de Londres, comenta: "No es fácil ser el sucesor de Juan Pablo II. El letrado Papa Benedicto XVI no tiene el mismo atractivo personal y por eso la Jornada Mundial de la Juventud representa un desafío para él. Cuando pisó suelo alemán, dio la primera señal de tener su estilo propio. A diferencia de su antecesor, no besó la tierra, sino que se dirigió decididamente al comité de recepción. Cuando habló sobre otras confesiones, principalmente sobre la convivencia con judíos y musulmanes, dio con el tono apropiado. La visita a la sinagoga de Colonia, ya al comienzo de su estadía en la ciudad, marcó un signo importante. (...) El Papa Benedicto XVI tiene una oportunidad única para demostrarle a los que lo critican que se equivocan."

Un Ganges germano

La Repubblica, de Roma, señala: "El Rin parecía el Ganges con los cientos de miles de jóvenes que se apiñaban en sus orillas y otros miles que entraron río para aclamar de cerca al Papa. Y Ratzinger -el nuevo Lohengrin- viajó en catamarán hasta la catedral (donde se albergan las reliquias) de los tres Reyes Magos, para anunciar su mensaje de salvación. Tenía que ser Colonia, la ciudad del buen humor, del carnaval, de la cultura románica y la fantasía renana, el lugar propicio para poner en escena la llegada del Papa, una de las más espectaculares en la historia de las Jornadas Mundiales de la Juventud."