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El Papa acepta la dimisión del controvertido obispo Walter Mixa

8 de mayo de 2010

En el artículo 401 del derecho canónico, que permite la destitución de un obispo si las razones son de peso, se ha basado el Papa para aceptar la dimisión de Walter Mixa, acusado de robo, malos tratos y abuso de menores.

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Walter Mixa, destituido obispo de Augsburgo.Imagen: picture alliance / dpa

Cuando Walter Mixa nació, el 25 de abril de 1941, Chorzów todavía se llamaba Königshütte y era una ciudad de la Alta Silesia germana. Finalizada la II Guerra Mundial, Mixa se encontró entre los alemanes obligados a abandonar esta región, cuyo territorio, de acuerdo con la restructuración del mapa europeo tras la derrota de la Wehrmacht, pasó a formar parte de Polonia.

En la frontera entre Alemania y la República Checa, en un monasterio bávaro llamado Fockenfeld, se formó Mixa. Después se marchó a Suiza a estudiar teología y volvió a Baviera para convertirse en sacerdote. Entre 1975 y hasta que recibió el título de obispo en 1996, Mixa fue párroco en la ciudad de Schrobenhausen. Y en los años posteriores siguió subiendo escalafones en la jerarquía católica: en 2000, Juan Pablo II lo convirtió en obispo del Ejército alemán; en 2005, Benedicto XVI le permitió cambiar el obispado de Eichstätt, de unos 14.000 habitantes, por el de Augsburgo, de más de 260.000.

El nombre de Mixa sonaba incluso en los últimos tiempos como posible candidato a dirigir el Arzobispado de Múnich, pero a ese puesto no llegó nunca, ni llegará. Primero se cernió sobre él la acusación de de haber maltratado a niños, luego la de malversar los fondos de una organización benéfica y, por último, la Fiscalía de Ingolstadt ha abierto una investigación en su contra por un supuesto caso de abuso de menores. Que el Papa aceptaría su dimisión se daba prácticamente por hecho desde el viernes.

Alguna bofetada o brutales palizas

Kinderhilfseinrichtung St. Josef in Schrobenhausen Oberbayern
Orfanato de San José, en Schrobenhausen, según las acusaciones, el lugar de los malos tratos.Imagen: picture-alliance/ dpa

"No puedo descartar que hace 20 años no haya dado alguna que otra bofetada", declaraba Mixa a mediados del pasado abril al diario sensacionalista Bild am Sonntag. Por aquel entonces, la prensa alemana le acusaba de brutales malos tratos contra los niños residentes en el orfanato de Schrobenhausen, y el obispo se defendía cuanto podía: su comportamiento, aseguraba, no se excedió de lo que en aquella época estaba considerado como "algo completamente normal".

Mixa siempre había sido una figura controvertida dentro de la Iglesia católica alemana. Junto con Gerhard Ludwig Müller, obispo de Ratisbona, y el cardenal de Colonia, Joachim Meisner, representaba el ala más conservadora. Sus manifestaciones en contra del ateísmo, del aborto o de la política familiar del anterior Gobierno germano, de la que dijo que convertía a las mujeres en "máquinas de parir", provocaban una y otra vez ávidas reacciones de indignación y olas de protesta.

Sin embargo, Mixa era en algunos círculos un párroco querido, respetado e incluso, dice la agencia de noticias dpa, venerado. El primer escándalo de las bofetadas le hizo escasa mella. Cuando se le acusó de haber comprado alhajas y obras de arte con el dinero de una fundación cuyos fondos debían destinarse a ayudar a niños huérfanos, su popularidad empezó a caer en picado. A finales de abril, el obispo le escribió una carta al Papa pidiéndole que le liberase de todas sus funciones eclesiásticas.

NO FLASH Bischof Walter Mixa
Walter Mixa dejará de ser obispo de Augsburgo y del Ejército alemán.Imagen: picture alliance/dpa

Supuesto abuso sexual

Enviada la misiva, mucho se especuló acerca de la respuesta que el Pontífice daría a Mixa. La fecha del pronunciamiento papal había quedado fijada para este sábado. Ayer viernes se supo que la Fiscalía de Ingolstadt, también en Baviera, acababa de iniciar la investigación de un posible caso de abusos sexuales: al parecer, existen indicios de que, durante su época en Eichstätt, Mixa podría haber abusado de un niño, y la denuncia procedería directamente del interior de la Iglesia católica.

Según escribe la revista alemana Focus, fueron altos funcionarios eclesiásticos alemanes los que informaron directamente a Benedicto XVI de las sospechas que pesan sobre el Mixa, y quienes le recomendaron el cese del obispo, paso que ya se daba prácticamente por hecho y que este sábnado, en virtud del artículo 401, párrafo segundo, del derecho canónico, ha sido confirmado.

LB/ dpa/ afpd/ kna

Editora: Emilia Rojas