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El miedo a volar

12 de agosto de 2002

US Airways, la séptima línea aerea de EEUU registró pérdidas de 2.100 millones de dólares en el 2001. La industria mundial de la aviación sigue padeciendo las consecuencias de los atentados del 11 de septiembre.

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La línea aérea se acogió a la ley de quiebras.Imagen: Ap

La deficitaria línea aérea se acogió el domingo al capítulo 11, que otorga protección frente a la bancarrota en Estados Unidos, lo que le permite según la ley de quiebras, seguir realizando sus vuelos sin interrupción, mientras pone en práctica un plan de reestructuración. La línea aérea con sede en Arlington, Virginia, registró pérdidas de 2.100 millones de dólares el pasado ejercicio.

US Airways es la línea aérea más severamente golpeada por los atentados terroristas de Nueva York y Washington. La empresa tiene su base en el aeropuerto internacional de Washington ‘Ronald Reagan’, y es desde ahí donde opera su mayor número de vuelos. Tras los atentados del 11 de septiembre el aeropuerto permaneció cerrado durante semanas.

Adicionalmente, el miedo entre la población a viajar en avión provocó que 'muchos usuarios optaran por el automóvil o el tren para recorrer distancias cortas', según el director ejecutivo de la aerolínea, Chris Chiames. La aerolínea, que se propone salir de los números rojos el primer trimestre del 2003, tiene activos estimados en 7.819 millones de dólares y pasivos de 7.830 millones.

Respaldo bancario

La compañía afirma que su plan de reestructuración será respaldado por garantías de crédito estimadas en unos 500 millones de dólares, que aportará un grupo de bancos encabezados por Credit Suisse First Boston y Bank of America Corp. Actualmente US Airways cuenta con una plantilla de 35.000 empleados.

A principios de junio los pilotos de la línea aérea aceptaron una reducción del 50% de sus salarios y beneficios, lo que significó un ahorro de 328 millones de dólares. La compañía quería reducir sus costos en 1.200 millones mediante el recorte de su plantilla y la reducción de los salarios de los pilotos entre otras medidas. Con ello quería demostrar a los acreedores, su capacidad para llevar a cabo las reestructuraciones necesarias y volver a ser rentable.

Amargo aniversario

Los atentados del 11 de septiembre dejaron una secuela que persiste once meses después de ocurrida la tragedia. En Estados Unidos se habla de la quiebra de United Airlines, la segunda aerolínea mas grande del país después de American Airlines.

No sorprenden los rumores si se considera que las líneas aéreas norteamericanas se vieron forzadas a estacionar el 20% de su flotilla, despedir empleados y reducir su oferta de vuelos. Las pérdidas totales se estiman en unos 7.300 millones de dólares. Sólo Southwest Airlines, con su oferta de vuelos de bajo costo, registró ganancias el pasado ejercicio.

En Europa prácticamente todas las líneas aéreas han resultado afectadas por el temor a volar que se ha apoderado de muchos viajeros. British Airways, Virgin Atlantic y Air France anunciaron a principios de mes un descenso en los vuelos en esa fatídica fecha, muchos pasajeros prefieren no tentar la suerte. La línea aérea británica British Airways, que realiza un promedio de 78 vuelos trasatlánticos diarios, se ha visto obligada a cancelar 26 vuelos con motivo del primer aniversario de los atentados.

Lenta recuperación

La francesa Air France canceló dos vuelos de ida y vuelta a Nueva York y Washington y la inglesa Virgin Atlantic, que opera 14 vuelos trasatlánticos al día, confirmó que aunque había caído el número de reservaciones, no tenía previsto hacer cancelaciones.

Expertos consideran que la recuperación del sector será aún lenta. Durante el año en curso se espera que se registrarán pérdidas de un orden de 5.400 millones de dólares; la tendencia incluso continuará entrado el 2003.