El imperativo de la creatividad

La atención que acaparó la jefa de gobierno alemana este año en Davos no se deriva sólo del hecho de que le correspondió a ella inaugurar con su ponencia el Foro Económico Mundial. Notoria es la curiosidad por conocer más de cerca a esta mujer que asumió hace apenas poco más de dos meses el gobierno de una de las economías más grandes y a la vez más agobiadas por diversos problemas estructurales en el ámbito de la Unión Europea.

Guerra contra la burocracia

Angela Merkel demostró en el pueblito de los Alpes suizos la seguridad suficiente como para anunciar su meta a 10 años de plazo. "Quisiera que Alemania vuelva a estar entre los tres primeros países de Europa en materia de crecimiento, empleo y creatividad", dijo. El primer punto por acometer es, ciertamente, el de los altos niveles de desempleo. La canciller germana subrayó que la solución de este problema en Alemania también es relevante para el resto de Europa y reconoció que la parálisis que se registra en diversos aspectos es de responsabilidad del propio país.

Su receta es de corte liberal. "El trabajo requiere crecimiento y el crecimiento requiere libertad". Tal es la máxima en la que cree Angela Merkel, quien anunció su determinación de declarar la guerra a la burocracia tanto en el ámbito nacional como en el de la Unión Europea, que Alemania presidirá el primer semestre del 2007. En este contexto, negó que se pretenda abandonar los principios de la economía social de mercado, afirmando que más bien se requiere un nuevo orden, en el que la responsabilidad privada y la función del Estado encuentren un nuevo equilibrio, en vista de los cambios que trae aparejados la globalización.

La red estatal

"El imperativo de la creatividad", lema del Foro Económico Mundial de este año, sin duda da para mucho. Quién no habría de concordar en que el mundo necesita soluciones creativas a los problemas múltiples que lo aquejan. Pero, para generarlas, se necesita también un marco de condiciones favorable. Para el presidente suizo, Moritz Leuenberger, éste implica la existencia de una red social estatal que garantice la libertad de opinión y la seguridad legal, al tiempo que brinde educación a todos. Porque, según hizo notar, los hambrientos no pueden ser creativos, como tampoco los oprimidos, ya que necesitan toda su energía para sobrevivir.

Consideraciones de este tipo pueden parecer obvias, pero no están de más en un foro que reúne a la flor y nata del empresariado mundial, donde este año el acento ha vuelto a ponerse en el campo económico, al que la política había robado protagonismo en ediciones anteriores. De hecho, aparte de la canciller alemana, los gobernantes de la Unión Europea brillan por su ausencia, al igual que los latinoamericanos. Aunque personalidades de la talla de Kofi Annan y también estrellas como Peter Gabriel o el propio Pelé dan por estos días un aire de gran escenario a Davos, lo medular prometen ser los debates y conversaciones de tono más especializado y no los clásicos discursos políticos que suele llevarse el viento alpino.AC