¿El hombre fuerte de Latinoamérica?

Les Echos, de París: "Mover algo en este gigantesco país toma tiempo. De esto están convencidos los grandes admirados de Brasil. Lula requerirá de tiempo, pero también de carisma, de sentido para cerrar compromisos y de mucho tacto político. Los errores cometidos durante su primer periodo pueden explicarse aduciendo que a penas descubrió las trampas del poder y las dificultades para gobernar un gigante tan complejo como lo es Brasil. Ahora ya no puede ocultarse tras estas excusas."

Lula vs. populistas

Tages-Anzeiger, de Ginebra: "No sólo Brasil necesita una hombre fuerte, toda Latinoamérica lo necesita. Al jefe de estado del país más grande del subcontinente le toca ocupar, por el puesto que ostenta, un papel de líder regional. Lula ha implementado en los últimos cuatro años una política de relaciones exteriores soberana e inteligente. Se ha presentado ante Washington con una sana autoconfianza pero sin el crudo antiamericanismo que caracteriza a Hugo Chávez.

Pero aún cuando se ha relacionado más con sus vecinos, no logró evitar que Venezuela, gracias a sus petrodólares, ganara cada vez más poder. Lula, el pragmático, debería esforzarse por que Brasil vuelva a ser protagonista de la política regional. No por orgullo personal, sino para evitar que los populistas sudamericanos ganen terreno."

El pueblo cree en Lula

Corriere della Sera, de Roma: "Brasil decide no cambiar el curso político. Confirma la confianza en su ciudadano, nacido en la pobreza y que crecido en los sindicatos. El revolucionario que en contra de todo pronóstico se convirtió en un líder moderado. Lula apostó por la estabilidad económica y por tratar de superar en pequeños pasos los desequilibrios sociales crónicos (...) Si se analiza el resultado de las elecciones se llega a la conclusión de que la mayoría de los brasileños califica los escándalos del partido y el gobierno como pecados perdonables."

Una segunda oportunidad

El Mundo, de Madrid: "Cuatro años después, llega el momento de pedirle cuentas. (…) Los logros de su legislatura quedan empañados por las numerosas acusaciones de corrupción contra algunos de sus principales colaboradores, que han provocado purgas, procesamientos, dimisiones y hasta tres reformas ministeriales. El escándalo más sonado: el 'mensalao', una red de extorsión y sobornos para la compra de votos en el Congreso. El más reciente: la implicación de uno de sus hombres de confianza en la compra de un dossier falso contra el candidato a la gobernación de Sao Paulo, José Serra. El más cercano: los 650 dólares que uno de sus hijos, estudiante de Publicidad, cobraba del partido por realizar trabajos a distancia. Lula ha asegurado en todo momento no saber nada de nada, sentirse traicionado y ha intentado seguir a flote desmarcándose del PT. Y precisamente por ser Lula, Brasil le ha perdonado un 'pecadillo' que, al fin y al cabo, comete toda la clase política del país. Aunque el huracán haya perdido intensidad, Lula cuenta "de nuevo con la fuerza del pueblo". Tendrá una nueva oportunidad."