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El gobierno de Ucrania ignora las protestas

Emilia Rojas24 de noviembre de 2004

El conflicto de poder se agudiza en Ucrania. El líder opositor, Víctor Yuschenko, convocó a una huelga nacional, en respuesta a la decisión oficial de confirmar la controvertida victoria electoral de su contrincante.

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Manifestantes reclaman, por tercer día, que se reconozca el triunfo opositor.Imagen: AP

Ni las presiones de la Unión Europea, que envió un emisario especial a Kiev, ni las gestiones diplomáticas para tratar de evitar una escalada del conflicto que sacude a Ucrania, surtieron el efecto deseado. La comisión electoral confirmó el triunfo del candidato oficialista, Víctor Yanukovich, que según la oposición fue producto de una clara manipulación electoral.

Desaire a la Unión Europea

La noticia fue como una bofetada para los miles de manifestantes que, por tercer día consecutivo, protestaban en las calles de la capital contra el fraude, reclamando la victoria de su abanderado, Víctor Yuschenko. Y, por decir lo menos, representa un desaire político para la Unión Europea, que había demandado una revisión del proceso electoral y del recuento de los votos. En consecuencia, también el tono ha ido subiendo en Bruselas.

El coordinador de la política exterior de la UE, Javier Solana, dejó de utilizar las clásicas fórmulas diplomáticas, indicando que el escrutinio fue “fraudulento” en el Este ucraniano, bastión del triunfador oficial de los comicios. A la abierta crítica se sumó una advertencia a Kiev: esta pugna pone a prueba el futuro de las relaciones de Ucrania con la Unión Europea.

Consecuencias para Kiev

Este aspecto, por lo visto, no inquieta por ahora demasiado al gobierno ucraniano. Pero, a mediano plazo, podría resultar doloroso, no sólo porque Ucrania se ha propuesto la meta de sumarse al club europeo en el año 2011, sino porque en el entretanto espera recibir ayudas financieras nada despreciables de Bruselas, en el marco del programa de apoyo a los países colindantes con la UE.

En el Parlamento Europeo, la molestia ya se ha traducido en el aplazamiento de la firma de un protocolo financiero, que contemplaba entre otras cosas un crédito de 67 millones de euros para renovar el equipamiento de dos plantas nucleares ucranianas. Y no sólo en Europa escala el disgusto. Washington, que desde un comienzo criticó con dureza las irregularidades en los comicios de Ucrania, no está dispuesto a aceptar el resultado oficial, según indicó el secretario de Estado, Colin Powell, subrayando que las elecciones no cumplieron los standards internacionales.