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El "glamour" y la victoria

4 de agosto de 2002

Los alemanes han hecho un excelente papel en el campeonato europeo de natación, celebrado en Berlín. El equipo está orgulloso de las múltiples medallas ganadas y del retorno de su gran estrella: Franziska van Almsick.

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Franziska van Almsick: renacer en Berlín.Imagen: AP

Este campeonato europeo de natación tuvo muchos aspectos sobresalientes. Se marcaron nuevos récords y se sentaron las bases para las Olimpiadas del 2004. Pero, más allá de lo deportivo, también hubo un cúmulo de emociones. Su celebración en Berlín tuvo para los nadadores germanos un significado especial, 12 años después de la reunificación de Alemania. Y fue este escenario el que permitió el reencuentro de la berlinesa Franziska van Almsick con sus raíces, con sus admiradores y con el éxito.

La figura de "Franzi" tiene todos los atributos clásicos para convertirse en imán del interés de la prensa y el público. Un rendimiento deslumbrante a temprana edad, una buena dosis de belleza, crisis deportivas, romances, y un resurgimiento espectacular, cuando muchos la consideraban ya condenada al ocaso.

Superándose a sí misma

La nadadora ha estado en la mira de las cámaras desde los 14 años de edad, cuando ganó dos medallas de plata y dos de bronces en Barcelona. Su rostro no sólo aparece con frecuencia en publicaciones deportivas, sino también en secciones de sociales o en campañas de publicidad. Tanto más notorios fueron los problemas y altibajos de su carrera.

Sin embargo, esta vez consiguió en Berlín superar su propio récord mundial de hace 8 años, en los 200 metros, estilo libre. 1:56, 64 minutos fue la nueva marca establecida el sábado; 14 centésimas de segundo por debajo de la anterior. Y esa fracción de segundos bastó para devolverle el cetro de la natación alemana, tras el bullado fracaso de su actuación en las Olimpiadas de Sydney, en el año 2000.

Metas olímpicas

4.500 espectadores la ovacionaron el fin de semana en Berlín y los entrenadores vuelven a gestar grandes planes para su futuro. Al fin y al cabo, la campeona tiene sólo 24 años de edad y ha demostrado que puede nadar incluso más rápido que a los 16.

Ahora todas la miradas están puestas en los próximos juego olímpicos. En el 2004, Franziska tendrá la ocasión de luchar por conquistar la medalla de oro que se les escapó de las manos en oportunidades anteriores. Las metas están claras, por lo menos para los expertos. La protagonista, por su parte, prefiere disfrutar la avasalladora emoción del momento.