Dos protagonistas: por un lado un joven de Alemania Oriental que intenta atravesar el telón de acero a través de la frontera búlgaro-turca. Por el otro, un agente de fronteras búlgaro, en la treintena, que henchido de sentido del deber se aplica en proteger la frontera por todos los medios. En 1988 sus destinos se cruzan. El oficial detiene al ciudadano germano-oriental y lo entrega a la policía secreta de la RDA. Más de 30 años después los dos se dan cita en el mismo lugar de su primer encuentro. Cultura.21 registra con la cámara el momento. ¿Cuáles fueron sus móviles entonces? ¿Cómo prosiguió su vida? ¿Cómo les marcó esa experiencia? Un capítulo de la historia germano-búlgara, casi desconocido, y que en Bulgaria constituye un tabú hasta el día de hoy.