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El dilema iraquí

21 de agosto de 2002

Aunque la atención sigue centrada en las inundaciones, la prensa europea también comenta este martes el problema de Irak, tras la toma de la embajada de Bagdad en Berlín, que terminó sin derramamiento de sangre.

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La policía alemana desalojó a los opositores iraquíes que se tomaron de la embajada de Bagdad.Imagen: AP

El periódico alemán Neue Osnabrücker Zeitung opina que quienes se tomaron el martes la embajada Iraquí, siendo finalmente desalojados por la policía, actuaron en forma criminal y completamente irracional desde el punto de vista político. El rotativo subraya que la principal tarea de los opositores a Saddam consiste en forjar una alternativa al actual régimen y comenta: "Las tomas de rehenes, como la que tuvo lugar en Berlín, sólo perjudican. Destruyen el prestigio de los opositores y, con ello, debilitan la disposición de Estados Unidos y la ONU a inducir, de ser necesario, un cambio en Bagdad... Los aventureros, que no respetan las leyes, no pueden garantizar la estabilidad en su propio país, y actúan por su cuenta, no conseguirán un respaldo amplio en Estados Unidos ni en Europa. Y eso es precisamente lo que deberían buscar los círculos de la resistencia iraquí en el extranjero".

Situación embarazosa

La Repubblica, de Roma, considera que el incidente puso en aprietos al canciller alemán, Gerhard Schröder y apunta: "Para el gobierno de Schröder fue en todo caso un asunto difícil, en medio de la campaña electoral y de la emergencia provocada por las inundaciones. Fue una situación embarazosa: desde hace meses, el canciller socialdemócrata viene reiterando su rechazo a una operación militar de Estados Unidos contra Irak... La postura de Schröder puede haber provocado la reacción de los opositores al régimen de Bagdad".

Traspié diplomático

En la ciudad de Colonia, a orillas del Rin, el Kölner Stadtanzeiger estima que la actitud del canciller frente al tema de Irak obedece a consideraciones electorales. A su juicio, Schröder "hace un favor a Los Verdes -que han tenido que aceptar tragos amargos en materia de política exterior- y mejora su imagen ante el potencial electorado pacifista. Ese mensaje entre líneas se comprende a ambos lados del Atlántico. Por esa razón, el disgusto real no es tan profundo como el que se manifiesta públicamente... Sin embargo, resulta problemático el concepto de "aventura" utilizado por el canciller en relación con los supuestos planes estadounidenses de atacar a Irak. Achacar a un aliado inclinaciones "aventureras" en política exterior, constituye un traspié diplomático".

Preguntas sin respuesta

Liberation, de París, manifiesta escepticismo ante la posibilidad de una operación militar contra Bagdad y opina: "Los planes estadounidenses con respecto a Saddam Hussein no son claros ni convincentes. Nadie puede predecir a dónde conduciría un ataque militar contra el gobernante iraquí. Nadie puede evaluar los riesgos. ¿Persigue Washington, principalmente, el control del petróleo iraquí, para atenuar su dependencia de Arabia Saudita? De ser así, ¿podrían los estadounidenses esperar apoyo militar de Riad?.. ¿Y, en el caso de una victoria, cómo habría de restablecerse la ‘normalidad’ en Irak, en vista de las experiencias de Afganistán? Hay muchas preguntas sin respuesta, que alimentan la postura escéptica de Europa también las discrepancias en Washington."