Una vida a la sombra de Beethoven
23 de febrero de 2020Una niña nació en Viena el 8 de abril de 1813. Fue bautizada como Maria Theresia Selma Arria Cornelia Minona. Nadie estaría interesado en esta criatura dos siglos después si no fuera porque se sospecha que Minona von Stackelberg, como se la conoció, era hija biológica de Ludwig van Beethoven. Muchos ven en su inusual nombre la palabra "anonim" ('anómino', en alemán) leída al revés. Pero, ¿qué evidencias hay?
Las sospechas no son nuevas: ya en la primavera de 1827, el secretario y administrador de Beethoven, Anton Schindler, encontró una carta en un compartimento secreto del escritorio del fallecido compositor, junto a acciones bancarias y retratos en miniatura de dos desconocidas, una carta conocida hoy como la "Carta a la amante inmortal". La abigarrada escritura de Beethoven fue minuciosamente descifrada: son líneas llenas de pasión y dolor. "Mi ángel, mi todo, mi yo (...) ¿Puedes cambiar que no seas del todo mía ni yo, del todo tuyo?". Al menos desde esta lectura, se sabe que tuvo un gran amor secreto, su "ser más querido". ¿Pero quién era ella?
La pregunta no es fácil de responder. Porque aunque Beethoven no era ningún Adonis y solo medía 1,62 m de altura, se enamoraba constantemente y, desde luego, no siempre sin éxito. Era claramente un "mujeriego", como se diría hoy, o un "hombre amoroso", que suena mucho mejor. Así que no fue difícil a los investigadores reunir una amplia selección de candidatas a ese título de amante "inmortal".
Josephine o Antonia
Por la fecha en que está datada la carta, el lunes 6 de julio, se inquiere que de 1812, el compositor tenía 41 años y estaba viajando por Teplice, al noroeste de Praga, y Karlovy Vary. Allí frecuentaba a dos damas: Antonia Brentano y Josephine Brunsvik. Durante décadas los investigadores de la vida amorosa del compositor estuvieron separados entre los "Brentanistas" y los "Josephinistas". Resumiendo, acabaron ganando estos: la condesa Josephine de Korompa cautivó a Beethoven a la edad de 19 años, cuando, junto con su madre y su hermana Therese, por la que también tuvo interés, llegó al apartamento vienés del ya entonces famoso maestro de piano.
Beethoven dio clase a diario a las encantadoras hermanas Brunsvik de forma gratuita y realizó largas excursiones con ellas. Las numerosas declaraciones musicales de amor de Beethoven incluyen las seis variaciones "Ich denke dein", dedicadas expresamente a Josephine y Therese, o la 'Andante favori Opus 57', cuyo motivo inicial se interpreta como un nombre cifrado "Jo-se-phii-ne".
Cuando Josephine se casó con un conde, como correspondía a su alta cuna, el compositor quedó muy afectado. Tras quedar viuda en 1804, el amor volvió a florecer. En la década de 1970 se encontraron apasionadas cartas de Beethoven a Josephine fechadas entre 1804 y 1809 que guardan similitudes con la "carta a la amante inmortal". Luego Josephine rompió con el compositor, pero quizás tampoco esta vez de forma definitiva.
Y es que Josephine Brunsvik parece haber sido una mujer muy apasionada: dio a luz a ocho hijos de hombres diferentes en sus 42 años de vida. Al menos dos de ellos eran ilegítimos: las hijas Marie Laura y Emilie. Es sorprendente que los padres de estas chicas, Christoph von Stackelberg y Karl Eduard von Andrehan, fueran profesores privados en Brunsvik, al igual que Beethoven. Ese verano de 1812, Josephine había sido abandonada por su segundo esposo y, como contó su hermana Therese, se sentía bastante confundida y sola.
Minona: el destino de una mujer entre la realidad y la ópera
Minona, la séptima hija de Josephine, nació a principios de abril de 1813, nueve meses después de la carta a la "inmortal". Oficialmente, era hija de Christoph von Stackelberg, quien se casó con Josephine. Therese Brunsvik recordó que su hermana apenas estaba interesada en la pequeña y que, Therese, prácticamente "le dio" a la pequeña Minona. Tuvo que pedir prestada una cabra a unos granjeros para alimentar al bebé. Minona, junto con su hermana Marie von Stackelberg, más tarde fue arrancada de la madre por la policía y llevada a Estonia por el padre. Las niñas crecieron en aislamiento social en Tartu y fueron criadas por Stackelberg en un espíritu estrictamente pietista. Solo tras la muerte de este, Minona regresó a Viena, consiguió el trabajo como dama de compañía y murió en 1897 a la edad de 84 años.
Su desafortunado destino incluso inspiró una ópera: la del compositor estonio Jüri Reinvere "Minona", estrenada en Ratisbona en enero de 2020. Durante su investigación para el libreto, Reinvere descubrió material sugerente: Minona, por ejemplo, era una niña alegre y de talento musical que se había rebelado contra los métodos formativos de Stackelberg. Sin embargo, su indómita voluntad pareció haberse doblegado. En cierto modo, Reinvere ve el destino de Minona entre dos hombres rigurosos e idealistas: Beethoven y Stackelberg.
Aunque hoy Christoph von Stackelberg sea visto hoy como un tirano familiar, en su época era un reformista completamente progresista. En Estonia está considerado el patriarca del sistema escolar nacional, fundó escuelas para hijos de agricultores y promovió el idioma estonio.
¿Pero era hija de Minona von Stackelberg de Beethoven? Su foto juvenil, la principal evidencia de los investigadores, muestra ciertas similitudes fisionómicas con el compositor, al menos con sus imágenes de adolescencia. Pero solo un análisis genético resultaría definitivo. Esperemos que ningún tribunal del mundo se atreva a ordenar una prueba de paternidad para Beethoven.
(lgc/eal)
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