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Alemania: el carnaval mueve millones

11 de febrero de 2010

Para más de 3.000 empresas alemanas, el Carnaval es un negocio que dura todo el año y, como tal, no es inmune a las influencias de la globalización. Desde hace años, los alemanes se disfrazan con trajes hechos en China.

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En Alemania, el Carnaval se ha convertido en un verdadero factor económico. El Bund Deutscher Karneval, la federación que reúne a 4.700 asociaciones y 2,6 millones de personas bien organizadas a la hora de poner al mundo de cabeza, afirma que las ganancias generadas por la venta de artículos carnavalescos y la inversión en campañas alusivas a los festejos superan los 5 mil millones de euros. Cerca de 3.000 empresas alemanas viven literalmente de las locuras propias de esta fecha del año.

Karneval 2010
Entusiastas carnavaleros, al inicio de la ''quinta estación del año".

La compañía Keller, en Bochum-Wattenscheid, es un buen ejemplo: ella hace negocios en la llamada “quinta estación del año” distribuyendo casi un millón de disfraces en todo el territorio alemán; de hecho, para su gerente general, Horst Krokowski, el Carnaval dura 365 días. “El Carnaval no es un negocio que nos ocupe solamente durante tres días; entre la recepción de los encargos y la venta final de los disfraces transcurre un año completo”, asegura el comerciante.

Carnavalesca globalización

El negocio de Krokowski en torno al Carnaval trasciende las fronteras de Alemania: una empresa filial de Keller en los Países Bajos se dedica por entero a este nicho del mercado; sus diseñadores compran las telas y conciben nuevos modelos para la próxima temporada –pelucas y otros accesorios incluidos– como si se estuvieran preparando para un desfile de modas. El próximo paso en este proceso de producción se da en el Lejano Oriente.

Karneval 2010 Flash-Galerie
Otra escena del carnaval de 2009.Imagen: AP

Tras la caída del Muro de Berlín, la Keller mandaba a confeccionar sus disfraces en la República Checa y Polonia, entonces atractivas por los bajos costos de la mano de obra local. Pero, desde hace algunos años, invertir en esos países no resulta suficientemente rentable para Krokowski. La globalización no se detiene, ni siquiera cuando del Carnaval alemán se trata: “Desde hace tiempo uno puede viajar a China, Taiwán, India o Pakistán y conseguir productores de disfraces que ofrecen su mercancía por un precio mucho más bajo”, sostiene Krokowski.

Miércoles de Ceniza

La compañía de Krokowski cuenta con casi 60 empleados fijos; otros 40 trabajadores colaboran durante la temporada alta, los días de Carnaval. Todos ellos contribuyen a que la empresa obtenga las ganancias millonarias que la han hecho grande: la Keller es, desde hace más de 25 años, uno de los distribuidores de artículos para Carnaval más importantes de Alemania.

Sin embargo, su gerente general nunca da las ganancias por sentado; es sólo después del Miércoles de Ceniza que se sacan las cuentas: “Estamos en la mitad de la temporada y todavía tenemos que esperar por ciertos encargos para poder decir, a finales de febrero, si los ingresos brutos giran alrededor de los 16 o de los 17 millones de euros”.

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Un tema de carnaval en 2009 fue la llamada "gripe porcina".Imagen: AP

En las buenas y en las malas

Desde Bochum-Wattenscheid, la empresa surte a los principales comercios dedicados a la venta de disfraces, desde cadenas de tiendas por departamento hasta compañías de venta por correspondencia. Después de todo, el Carnaval se celebra en casi todo el territorio alemán. “No se trata solamente del Carnaval a lo largo del Rin, celebrado en Colonia, Maguncia y Düsseldorf; nosotros distribuimos nuestros productos a escala nacional, en los Estados federados del este y hasta en la capital, Berlín”, dice Krokowski.

Con o sin crisis económica, el Carnaval parece tener vigencia siempre. De eso se dio cuenta Horst Krokowski desde que fundó su empresa: “La gente celebra cuando a la gente le va bien. Y, cuando le va mal, con más razón todavía”.

Autor: Klaus Deuse / Evan Romero-Castillo

Editor: Enrique López Magallón