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El camino hacia el euro

31 de diciembre de 2002

El euro cumple un año en circulación. Como unidad contable existe desde 1999, y representa el paso más significativo hacia la profundización de la integración, que hasta ahora había avanzado en la política y el comercio.

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Adiós al marco... y a las políticas monetarias individuales.Imagen: AP

La moneda única consolida a Europa como unidad económica. En ojos de muchos expertos, la divisa otorga el rigor necesario a la unión política en Europa. Pero no todos los países de la Unión Europea (UE) comparten la moneda. Dinamarca, Suecia y el Reino Unido se quedaron, por ahora, fuera de lo que se considera el experimento monetario más ambicioso de la historia. Esto no hace menos real al euro, la moneda oficial para 12 países de la UE (llamada eurolandia o Zona Euro) y sus 300 millones de habitantes.

El euro simplifica

La teoría es sencilla. Al compartir una misma moneda se eliminan los llamados costos de transacción. Es decir, ya no hay que cambiar pesetas por marcos alemanes o por liras italianas. Aunque es difícil de cuantificar, se estima que el beneficio macroeconómico podría ser de un 0,5% del Producto Interno Bruto (PIB) de la UE.

La sustitución de las distintas monedas nacionales elimina la incertidumbre asociada a los tipos de cambio de las monedas de los países que ahora integran eurolandia. No se trata de un simple detalle contable, ya que la mayor parte de las exportaciones e importaciones de los países de la UE se dirigen y proceden de otros países de la Unión. Es decir, el euro implica que el futuro económico puede ser menos incierto. La moneda compartida elimina incógnitas y permite que gobiernos, empresas y consumidores enfrenten sus compromisos económicos con mas seguridad.

Un club de la "estabilidad"

Ha sido un largo camino hacia la puesta en circulación del euro. Su base jurídica se estableció en el Tratado de la Unión Europea (o Tratado de Maastricht) en febrero de 1992 y entró en vigor en noviembre de 1993. Siguiendo el Tratado de Maastricht, entre 1994 y 1998 los aspirantes al euro profundizaron su convergencia económica y monetaria. Desde 1999, el euro figura como moneda oficial, aunque recién el 1 de enero del 2002 hace su aparición física. Para poder participar en el club del euro se debían estabilizar los niveles de inflación y sanear las finanzas publicas. Es decir, lograr una base macroeconómica común, como fundamento para una moneda común.

Pero la estabilidad macroeconómica no termina con el cumplimiento de la convergencia de Maastricht. Se complementa con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento que, diseñado para que los países de la Zona Euro sean estables en el tiempo y no sólo de manera transitoria. El Pacto establece límites para los niveles de inflación, deuda pública y déficit presupuestario, así como las sanciones en caso de infringir contra estos límites.

Concesiones y beneficios

La desaparición de las monedas nacionales implica también la de políticas monetarias individuales. Ahora esta variable se dirige desde el Banco Central Europeo (BCE), con sede en Francfort, aunque en coordinación con las antiguas autoridades monetarias, desde Lisboa hasta Roma. Asimismo, los Estados Miembros deben coordinar sus políticas económicas.

Es decir, para alcanzar la meta superior de una integración mas profunda, los Estados Miembros prescinden de una parte de su autoridad económica. Por lo tanto, la profundización no sólo tiene un valor económico, como la consolidación del mercado único europeo, establecido en enero de 1993. Al mismo tiempo emite la señal sicológica y política de una Europa que avanza en bloque. El euro puede catalizar la identidad europea a través de algo tan cotidiano, como lo es el uso del dinero.