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Millones de usuarios cambiaron su colección de discos o dvd por una aportación mensual en servidores como Apple Music, Spotify o Netflix. El gancho de estos servidores es la confección de listas de reproducción de música o videos a medida. Cada usuario recibe así solo aquellos contenidos que le interesan. Unos algoritmos ayudan en el cálculo de estos datos. Pero este sistema solo puede funcionar bien en interacción con los humanos.