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Ecoalbergues de Bolivia: turismo en Parque Nacional Madidi

26 de diciembre de 2021

En el área protegida del Madidi, sobre una superficie de 19.000 kilómetros cuadrados, viven 33 comunidades indígenas que llevan a cabo emprendimientos de turismo de conservación. Es una de las reservas más importantes del planeta por su enorme biodiversidad. Los pobladores demuestran que pueden proteger su cultura y su medio ambiente con proyectos sustentables y amigables con su hogar natural.

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El Parque Nacional Madidi es el área protegida de mayor relevancia ecológica y biogeográfica de Bolivia. Está ubicado en la región noroeste del Departamento de La Paz, en la Provincia Franz Tamayo y abarca alrededor de 19.000 kilómetros cuadrados, un millón 900 mil hectáreas. Es una de las reservas más importantes del planeta por su alta biodiversidad y por la variedad de ecosistemas que presenta. Se trata de un área con una gran variedad topográfica, climática y altitudinal que va de los 180 a los 6.000 metros de altura y que ha dado como resultado una espectacular diversidad de hábitats y de especies de plantas y animales. Madidi es vital para la conservación de poblaciones de numerosas especies de la fauna silvestre -por lo menos 2.000 vertebrados-, varias de ellas en situación de amenaza a nivel continental, como la taruka o venado andino, el oso andino, el jaguar, la londra, el mono rosillo, el ciervo de los pantanos, el borochi, el cóndor, el águila harpía, el caimán negro y las tortugas de tierra y agua . Alberga también una gran variedad de invertebrados. En el Madidi viven 33 comunidades indígenas y campesinas, que suman un total de 4 mil habitantes. Comunidades que se han propuesto promover soluciones innovadoras de desarrollo sostenible con el turismo comunitario y de conservación. El ecoalbergue "Chalalán” fue el primer eco-negocio turístico en el parque y el primero de Bolivia que pertenece en su totalidad a una comunidad indígena. En Chalalán, las cabañas fueron construidas al estilo tacana bajo la filosofía tradicional de respetar la naturaleza, prohibiendo la caza y la deforestación comercial. Está a orillas de la Laguna Chalalan y tiene senderos temáticos a lo largo de 30 kilómetros de bosque. Los guías comunitarios explican sobre las intervenciones de conservación ayudan a identificar a las aves, mamíferos, anfibios, insectos y plantas como la palmera que camina. Dentro de las actividades que se pueden hacer en armonía con la naturaleza están: la pesca con devolución, talleres de habilidades de supervivencia y el tradicional rafting en "kallapo”, unas balsas artesanales que los indígenas utilizaban antiguamente para viajar por el río. Conservando el apego a las tradiciones y las costumbres culturales se han creado otros emprendimientos como Yuruma Journey, donde prometen conectar a exploradores curiosos con ecosistemas extraordinarios. Allí, la gran propuesta es dormir en tiendas que cuelgan de los árboles. En la selva del Madidi, cada albergue ecológico tiene claro que no está en competencia con los otros, y por eso ofrecen servicios distintos. La idea es preservar la naturaleza y la cultura de las comunidades con proyectos sustentables, que generen recursos económicos para la población de una de las regiones más maravillosa de América Latina, donde la Amazonía se encuentra con los Andes.