Doris y Condi: elegancia sin fronteras

Los alemanes son más apreciados en el resto del mundo de lo que ellos mismos piensan. Aunque un 43% de ellos cree que el resto del mundo no les tiene simpatía, un estudio del centro de investigaciones estadounidenses Pew reveló lo contrario. Por ejemplo, un 89% de los franceses tiene una buena imagen de Alemania, lo cual viene a confirmar la estrecha amistad que se ha forjado en las últimas décadas. Pero también el 88% de los holandeses comparte esa apreciación positiva, echando por tierra el mito de la eterna rivalidad, que parece limitarse sólo al fútbol.

Déjà vu

Desde luego, también los estadounidenses fueron consultados. Entre ellos, un 60% dijo tener una idea favorable de Alemania. Pero, encuestas aparte, lo que sí llena de orgullo a los germanos es que también comiencen a apreciarse internacionalmente otras de sus habilidades, aparte de virtudes tradicionales como seriedad, laboriosidad y puntualidad. Entre ellas destaca una en la que, honestamente, pocos habrían pensado: la de marcar pautas en la moda.

No es una constatación teórica, sino empírica. La prueba la dio nada menos que la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, en su reciente visita a Bruselas para asistir a una conferencia sobre la reconstrucción de Irak. Condi lució allí una tenida de clásica elegancia, en blanco y negro, que a ciertos obsesivos en materia de moda femenina les pareció conocida. Tenían razón: era el mismo traje que había vestido recientemente la esposa del canciller alemán, Doris Schröder-Köpf, durante la ceremonia celebrada en Moscú con motivo de la conmemoración del término de la II Guerra Mundial.

Orgullo alemán

Doris fue pues la primera en descubrir el modelo de un diseñador muniqués y en adquirirlo por la módica suma de 1.790 euros, es decir, algo más de 2.000 dólares. O, por lo menos, la primera en lucirlo en el escenario mundial. Cierto es que Condoleeza Rice no estuvo presente en esa ocasión, pero resulta difícil imaginar que lo ocurrido sea sólo un descuido de los encargados de sus atuendos, que seguramente se esmera.

Preferimos pensar que Condi sí vio a Doris con las prendas en cuestión, aunque haya sido en un video del Departamento de Estado, y quedó tan encantada que decidió incluirlas en su guardarropa. En otras palabras, Doris puede sentirse orgullosa de marcar tendencia en el vestir. Y los alemanes, de que por fin se reconozca que la moda no es patrimonio exclusivo de franceses e italianos. Algo que, de seguro, los hará seguir subiendo peldaños en la escala internacional de popularidad.