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Difícil prever las consecuencias

24 de julio de 2006

La posible salida a la crisis en el Cercano Oriente a través de tropas de intervención de la OTAN con un mandato de la ONU es objeto de comentarios hoy en la prensa europea.

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Bombero libanés en una calle de suburbios de Beirut bombardeada por aviones israelíes.Imagen: AP

El matutino LIBÉRATION, de París, editorializa: "La idea de una tropa internacional de intervención ha avanzado milímetro a milímetro en los círculos diplomáticos. Pero también con un mandato del Consejo de Seguridad de la ONU es difícil prever las consecuencias de una acción de ese tipo, más teniendo en cuenta que debería durar varios años. Ese esbozo de solución diplomática no es el anuncio de un rápido fin de los combates. En vista de esa perspectiva de salida a la crisis, cada parte intenta lograr la mejor posición relativa, tanto por medios militares como políticos. Quizás el viaje de Condoleeza Rice pueda darle un impulso al proceso. Quizás no. En todo caso, durante los próximos días aumentará el número de víctimas y evacuados. Eso es seguro."

Necesario amplio acuerdo

LA STAMPA, de Roma, reflexiona: "La OTAN posee las capacidades militares y la credibilidad política para repetir en el Líbano lo que ya lleva a cabo actualmente en Afganistán: una misión de los aliados europeos llevada a cabo con gran riesgo, para la protección de la independencia de una joven democracia amenazada por milicias. Los talibanes representan para el Gobierno de Kabul la misma amenaza que las milicias de Hezbolá para Beirut: en ambos casos se trata de grupos terroristas que quieren crear un califato islámico y están dispuestas a ejercer todo tipo de violencia para lograr sus fines.

Pero un estacionamiento de tropas de la OTAN en el Líbano con el objetivo de imponer la Resolución 1559 de la ONU –soberanía del Líbano, fin de la injerencia siria y el desarme de Hezbolá– sólo tendrá éxito sobre la base de un amplio acuerdo entre los Estados árabes moderados (Jordania, Egipto y Arabia Saudita) y Europa, llamada a poner a disposición la mayoría de los soldados."

A lo sumo una pausa

DER STANDARD, de Viena, comenta: "Israel obtiene a lo sumo una pausa para tomar aliento en lo que se refiere a su seguridad en el norte. Incluso una "zona colchón" en el sur del Líbano, con la presencia de un fuerte contingente militar internacional no sería garantía de que no se repitan los ataques con cohetes, porque los nuevos misiles, que Hezbolá recibe de Irán, vuelan más lejos de lo que mide todo el largo del Líbano. Habría entonces que atacar también a Irán y Siria. Pero sensatamente ello no debería suceder, si bien en la sensatez no se puede confiar en este estadio del conflicto. De lo que no queda duda es que las fuerzas extremistas se han visto enormemente fortalecidas y continuarán siéndolo en el futuro."

¿Se desintegra el Líbano?

El periódico ruso KOMMERSANT, de Moscú, opina: "La unidad del Líbano y el mito de Hezbolá seguirán existiendo mientras dure la guerra. Luego comenzará la penosa búsqueda de una respuesta a la cuestión de quién fue el culpable de los combates. También se oirán las voces de quienes ven en Hezbolá no un defensor del Líbano, sino simplemente un grupo terrorista que provocó el conflicto con Israel. A partir de esa percepción amenazan nuevos sacudimientos a la sociedad libanesa, que había logrado la unidad hace tan poco, después de una larga guerra civil."