Diez razones para amar Hamburgo
Vivir cerca del Puerto de Hamburgo permite disfrutar del ambiente único de esa ciudad, en el que la Libertad se escribe con mayúscula.
Ir con la corriente
De noche y de día, los barcos navegan por el río Elba hasta el puerto de Hamburgo, a 70 millas marinas de mar abierto. El sonido de sus sirenas y el de las gaviotas crean allí una atmósfera especial todas las mañanas. Los planes de ampliar el cauce del Elba se toparon con las protestas de ambientalistas, pero aún no hay nada decidido al respecto.
Música del futuro
Hamburgo tiene un nuevo edificio emblemático: la Filarmónica del Elba, cuyo arco se eleva hacia el cielo como una nave gigantesca. La Filarmónica tiene 110 metros y fue construido sobre un antiguo depósito. Se inaugurará en 2017, y a finales de marzo de este año ya se pueden comprar entradas para los primeros conciertos.
Viaje por las profundidades
Para acelerar los viajes desde la ciudad a los doques, en el sur del Elba, Hamburgo fue la primera ciudad europea en crear un túnel por debajo del río, en 1911. Peatones, ciclistas y automovilistas pueden viajar en ascensor hasta el subsuelo, por donde pasan los dos túneles de 426 metros de largo.
Periscopio panorámico
Hamburgo es el segundo mayor puerto de Europa, y el mayor proyecto de reurbanización del Viejo Continente. Cuando el HafenCity esté listo, en 2025, será hogar para 10.000 personas. Desde la torre del Baakenhafen se puede observar un panorama en 360 grados del desarrollo de las obras. La torre fue diseñada como un periscopio náutico.
Buenas conexiones
Nadie sabe exactamente cuántos puentes tiene Hamburgo. Las estadísticas oficiales hablan de 2.500, más puentes que en Venecia, Amsterdam o Londres. Luego de un gran incendio, en 1842, se tuvieron que reparar varios puentes de madera, y luego fueron incrementándose con puentes de hierro y acero sobre el río Elba y sobre el Alster.
Complejo portuario
El emperador Guillermo II inauguró en 1888 la Ciudad libre y hanseática de Hamburgo, que entra en la Unión Aduanera Alemana. Se construyó un puerto libre para el depósito y elaboración de productos exentos de derechos aduaneros. Así se creó el mayor complejo portuario del mundo. Este verano boreal, Hamburgo podría ser nombrada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
La "Gran Libertad"
En la pequeña calle de la famosa Reeperbahn del barrio de St. Pauli se puede disfrutar de bares y clubes nocturnos. En 1960, músicos y artistas descubrieron el encanto de St. Pauli, y estrellas como los Beatles tocaron allí al inicio de su carrera.
Torres danzantes
En el número 1 de la Reeperbahn se hallan varios edificios de oficinas. Las dos torres recuerdan a una pareja que baila tango, una reminiscencia del barrio rojo. En los pisos más altos hay un restaurante y un bar, y se puede acceder a la terraza, que ofrece una bella panorámica de Hamburgo a 105 metros de altura.
Belleza y melancolía
Nadie en Alemania cantó la nostalgia del puerto como Freddy Quinn, que fue descubierto en la Reeperbahn en 1954. Las canciones del musical “Nostalgia de St. Pauli” se transformaron en éxitos discográficos. Desde Hamburgo se parte y se dice adiós, pero siempre se vuelve.