¿Cómo afectará a los feminismos la victoria de Trump?
6 de noviembre de 2024"¿Cómo podría votar a alguien que está acusado de acosar a mujeres por décadas?", se pregunta Mariana M., de Nueva Jersey, ante este medio, sin esperar respuesta.
"¿O a alguien que logró dar vuelta el aborto legal a nivel federal, con el nombramiento de jueces conservadores en la Corte Suprema?", refuerza esta ciudadana estadounidense su postura.
"Con estos resultados no me extrañaría que la posición de la mujer se debilite en todos los sentidos, en lo social, en lo económico, en sus derechos”, lamenta, por su parte, Beatriz S. en diálogo con DW, desde Pensilvania.
Efectivamente, si bien las mujeres en Estados Unidos no constituyen un bloque monolítico de votantes, éstas se han inclinado tradicionalmente por el Partido Demócrata. Ahora, sin embargo, ha salido victorioso el republicano Donald Trump.
"Fortalecimiento de los grupos antiderechos”
Para los feminismos del continente, el triunfo de Trump es un motivo de preocupación y recelo.
"La victoria de Trump es muy grave para el continente”, sostiene Leticia Bonifaz, integrante del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer de Naciones Unidas (CEDAW, por sus siglas en inglés), "porque se van a fortalecer estos grupos antiderechos, que van contra todos los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y también de toda la población LGBTQI+”, asegura la experta mexicana en diálogo con DW.
"Los feminismos seguirán con sus luchas, pero cada vez con mayores obstáculos y, sobre todo, con pocas posibilidades de tener escuchas en las élites de gobierno” analiza, crítica, Bonifaz.
Sí al aborto legal
"La mayoría estadounidense que decidió emitir su voto no solo eligió mayoritariamente a Trump con su agenda restrictiva, también votó a favor del aborto en varios de los estados que pusieron a referéndum este derecho”, apunta, por su parte, en entrevista con este medio la periodista Silvina Molina.
"Destaco este hecho, porque también es necesario revalorizar la potencia de las redes feministas latinoamericanas y estadounidenses que, a pesar del contexto negativo para los derechos de las mujeres en varios países americanos, siguen incidiendo y generando conciencia sobre una ciudadanía igualitaria”, destaca Molina, también integrante de la Red de Editoras de Género de Argentina.
Vuelta a décadas atrás
"Deberíamos preguntarnos si la derrota de Kamala Harris es nuestra derrota”, matiza, en tanto, la feminista anarquista María Galindo, consultada por DW.
"La respuesta es claramente 'no'", asegura. "Kamala no expresaba una visión feminista, sino básicamente la condición de mujer y poco más”, indica Galindo. "En muchos sentidos, repetía la visión norteamericana conservadora respecto de nuestros países del sur”, se explaya la también integrante de la organización feminista de Bolivia "Mujeres creando”.
A pesar de lo cual, la experta también entiende que los resultados electorales se inscriben dentro de una tendencia más amplia: "Creo que esta ola de extrema derecha que ha concentrado su discurso en la cuestión del aborto ha entendido muy bien que ese es un derecho con un potencial emancipatorio muy grande, y procurarán retornar, en el discurso y en la práctica, treinta, cuarenta o cincuenta años hacia atrás”, advierte.
"Volvemos a la legitimación del control de la reproducción en poder del Estado, al sometimiento de las mujeres a ese control, y a la pérdida de soberanía sobre nuestros cuerpos”, lamenta, asimismo, en diálogo con DW.
¿Y ahora qué?
Las perspectivas, sin embargo, no necesariamente serían negativas: "Las luchas feministas, en lugar de sufrir un debilitamiento, podrían sufrir un fuerte remezón crítico”, postula la activista boliviana.
"El triunfo de Trump nos interpela a quienes creemos en la igualdad entre todas las personas a seguir fortaleciendo redes, aportando nuestras experiencias, investigaciones y trabajos en territorios para derribar las fake news que sustentan las agendas de los dirigentes políticos de ultraderecha, que nos ponen en el lugar de 'enemigas'", sostiene, por su parte, Molina desde la capital argentina.
"Pero nosotras no estamos en guerra, no usamos la violencia, y esa es nuestra potencia”, asegura convencida.
"El principal reto de los movimientos será cómo volver a construir confianza, descubrir nuevas narrativas, y hacer que las bases no queden en el total desencanto”, evalúa, por su parte, Bonifaz.
"En estas condiciones adversas y difíciles, al feminismo no le toca más que reinventarse”, concluye, y propone a la vez para esta nueva era que acaba de comenzar.