Cosmética financiera

Los criterios de convergencia acordados por la Unión Europea fijan un límite claro a las nuevas deudas que pueden contraer los estados anualmente: un 3% del Producto Interno Bruto. Mantener el compromiso resulta clave para resguardar la estabilidad de la moneda común, el euro. Sin embargo, la creatividad no tiene límites cuando se trata de encontrar resquicios. En este caso se habla, en términos elegantes, de "ingeniería financiera".

Lotería futura

En Italia, por ejemplo, alguien tuvo la idea de contabilizar en la columna de los ingresos un par de millones procedentes de la lotería estatal. Pero no de los años pasados, sino de los venideros. Para desgracia de los creativos italianos, los encargados de las estadísticas comunitarias estaban atentos: el truco quedó al descubierto en julio pasado. Las deudas fiscales tuvieron que ser calculadas nuevamente, con el resultado de que el gobierno de Berlusconi se acercó más al tope máximo del 3% estipulado en los acuerdos de Maastricht.

El mayor problema radica en el hecho de que el Departamento de Estadísticas sólo puede revisar los balances estatales del año precedente. En cuanto al período en curso, el organismo, con sede en Luxemburgo, se ve forzado a fiarse de las cifras estimativas que entregan los gobiernos, aunque su credibilidad haya quedado en entredicho debido a los trucos utilizados en el pasado.

Testaferro griego

Esto es lo que ha ocurrido con Grecia. Su caso induce a poner atención, sobre todo teniendo en cuenta de que Atenas se incorporó a comienzos de este año al euro-club, con balances que podrían calificarse de falseados. Ocurre que el gobierno se valió de empresas fundadas ad hoc, para conseguir fondos en el mercado financiero luxemburgués, sin que los créditos figuraran como deuda fiscal.

También en esta ocasión intervino el departamento de estadísticas comunitario. En forma retroactiva se incrementó, pues, el monto de la deuda pública griega en 3.700 millones de euros. Con ello, el nuevo endeudamiento se elevó al 2,9% del PIB, una cifra peligrosamente cercana al límite admitido.

Danubio Azul

En Austria, la "cosmética financiera" tampoco se queda atrás. Un gobierno regional derivó los créditos para la construcción de viviendas a una sociedad llamada "Danubio Azul". Sin embargo, el Estado sigue cubriendo los riesgos de estos préstamos, que ascienden a 2.600 millones de euros. Estas prácticas son muy comunes en Europa.

La Comisión Europea lo sabe y ha tenido que admitir que no puede hacer nada contra tales supuestas operaciones de saneamiento. Por esta razón, la última palabra con respecto a los déficits la seguirá teniendo el Departamento de Estadísticas de Luxemburgo. Sólo que cuando allí se descubre un manejo turbio, ya es demasiado tarde para enviar uno de los temidos "sobres azules". Porque el verdadero cometido de éstos es lanzar una advertencia temprana, y no sancionar a los transgresores.