"Contra todos los enemigos"
4 de junio de 2004La opinión de Richard Clarke no tiene pizca de ambigüedad: "la fijación del presidente estadounidense en la guerra contra Irak impidió, también después de los atentados del 11 de septiembre, que se haga lo suficiente en la guerra contra el terrorismo". Así lo ha reiterado ante cuanto micrófono se le pone por delante. Y las apreciaciones de este experto en materia de seguridad y antiterrorismo encuentran eco en la opinión pública, ya que vienen avaladas por la experiencia de haber trabajado para el gobierno de Washington durante cuatro administraciones, hasta el año 2003.
Éxito editorial
Su libro "Against All Enemies", en el que arroja luces sobre los vericuetos de la guerra contra el terrorismo, se convirtió rápidamente en best seller en Estados Unidos. Los 300.000 ejemplares de la primera tirada se agotaron de inmediato. Ahora, el autor ha venido a Alemania a promocionar este texto, que acaba de salir al mercado en lengua germana. Y, de seguro, cuenta de antemano con que también aquí habrá suficientes micrófonos dispuestos a captar sus declaraciones, sin pelos en la lengua.
Al inicio de su gira, en Fráncfort, comentó por ejemplo que el jefe de la CIA, George Tenet, renunció adelantándose al informe final de las investigaciones sobre los atentados contra el World Trade Center y el Pentágono, y sobre las supuestas armas de exterminio masivo iraquíes. Clarke está convencido de que en él se evaluará de forma "extremadamente crítica" la labor del servicio de inteligencia. Sin embargo, sus dardos no apuntan principalmente contra Tenet, sino contra el propio Bush.
Peor imposible
En su opinión, la guerra contra Irak, que califica de "sin sentido", hizo retroceder al mundo en años en lo tocante a la lucha contra el terrorismo. Concretamente apunta que le granjeó muchas simpatías a Osama Bin Laden y que tomará una generación restañar las heridas abiertas en el mundo islámico. Clarke aboga por emprender "las raíces del extremismo musulmán", fortaleciendo a las fuerzas moderadas de los países árabes.
El primer paso importante para contrarrestar el sentimiento anti-estadounidense sería, a su juicio, poner fin lo más rápidamente posible a la intervención en Irak. Claro está que no aboga por una retirada súbita, que dejaría al país librado al caos, sino por un repliege ordenado. En una entrevista concedida a la agencia alemana DPA, opinó que el candidato presidencial demócrata, John Kerry, ofrece al menos "una oportunidad" para que Estados Unidos lleve a cabo una política mejor. Según dijo, "peor que ahora no puede ser en ningún caso".