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Socialdemócratas alemanes, domingo decisivo

19 de enero de 2018

Este 21 de enero, los militantes del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) decidirán en un congreso si se debe negociar o no para volver a gobernar en alianza con las formaciones conservadoras que apuntalan a Merkel.

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Zukunftskonvent SPD Nürnberg Fahnen
Imagen: picture-alliance/dpa

De todas las formaciones políticas en la tierra de Karl Marx, la más antigua es la que atraviesa la crisis existencial más severa. Eso volverá a quedar en evidencia este domingo (21.1.2018), cuando unos seiscientos delegados del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) se reúnan en Bonn y discutan si se debe negociar formalmente o no con la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y la Unión Social Crsitiana de Baviera (CSU) para volver a gobernar en alianza con Angela Merkel como jefa de Gobierno.

"No es una exageración: Bonn va a estar en la mira del mundo”, dijo Sigmar Gabriel, ministro de Exteriores en funciones y exjefe del SPD, en entrevista con el diario Bild este miércoles (17.1.2018). Su sucesor en la presidencia del partido, Martin Schulz, emuló el tono melodramático de Gabriel al agregar que "una nueva era está por comenzar en la política europea”, dejando en el aire la impresión de que es mucho lo que está en juego en la votación interna de sus correligionarios.

Suspense en Bonn

Andrea Nahles, quien encabeza la fracción parlamentaria del SPD, y otras figuras prominentes de ese partido respaldan firmemente el documento que resultó de las conversaciones preliminares con la CDU la semana pasada; se presume que esas 28 páginas contienen las directrices para la negociación de una "gran coalición” (ese es el nombre que los alemanes le dan a los Gobiernos liderados por las formaciones más fuertes, la socialdemócrata y las conservadoras).

Lo más probable es que la propia Merkel pase el próximo domingo pegada al televisor. Si los delegados del SPD reunidos en Bonn le dan luz verde para ello, la cúpula se sentará a negociar oficialmente con la CDU y la CSU los detalles de un Ejecutivo compartido; en ese caso, el acuerdo final deberá ser sometido a votación entre los 440.000 miembros del SPD. Lo que preocupa a la élite socialdemócrata y a la conservadora es que los delegados del SPD se pronuncien en contra de la "gran coalición".

Merkel a la espera

El temor de la élite política

De ser así, el presidente federal de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, tendría que nominar a una persona que él considere idónea para la jefatura del Gobierno y pedir que el Parlamento apruebe su sugerencia; siendo la jefa del partido más fuerte, Merkel sería la elección más probable. Pero aún si los diputados votaran mayoritariamente por ella, la CDU de Merkel tendría que gobernar en minoría porque el partido no controla la mayoría de los escaños en el Bundestag.

Ese escenario obligaría a Merkel a buscar el apoyo de la oposición parlamentaria cada vez que quisiera promulgar una ley; y es que, en Alemania, las leyes son aprobadas por mayoría en el Bundestag. La única alternativa que le queda a Merkel tampoco es atractiva: si se convoca de nuevo a elecciones, sus resultados podrían ser muy similares a los de los comicios de septiembre y conducir al mismo callejón sin salida en el que la clase política alemana se encuentra atrapada hoy.

¿Adiós a la "era Merkel”?

Muchos anticipan que, si se llega a esa situación, la "era Merkel” puede darse por concluida. La plana mayor del SPD también correría serios riesgos si se llamara a las urnas nuevamente. La crisis de identidad del venerable partido de centro-izquierda se ha agravado considerablemente: su índice de popularidad en las encuestas es del 18,5 por ciento; es decir, está dos puntos porcentuales por debajo del que tenía en septiembre de 2017, que de por sí era el más bajo de su historia.

Si sus camaradas votan en contra de la alianza con la CDU y la CSU, Martin Schulz no podría continuar llevando las riendas del SPD por mucho tiempo; él ya ha admitido que no está seguro de tener a suficientes delegados de su lado. Pero, ¿qué le augura este panorama a la generación de relevo? Eso está por verse. De momento, el líder de la juventud socialdemócrata, Kevin Kühnert, un estudiante de Ciencias Políticas de 28 años, se prepara para articular un apasionado discurso contra la "gran coalición".

Ben Knight (ERC/ERS)