Con pragmatismo socialdemocracia alemana buscará salir de crisis

La antigua dirigencia en torno al presidente saliente, Franz Müntefering, y el ex candidato a canciller Frank-Walter Steinmeier recibió duras críticas de las bases. Müntefering reconoció errores por parte de la dirigencia que llevaron al SPD a obtener ese 23 por ciento de los votos.

¿Redefinir prioridades sin perder raíces de izquierda?

"La derrota fue por culpa nuestra. Para muchos electores éramos el partido de ayer, pasado de moda", sostuvo el directivo. "La dimensión de la derrota es lo espantoso", admitió el político ante el pleno del congreso en el que el SPD busca redefinir sus prioridades sin perder sus raíces de izquierda.

También Gabriel efectuó un mea culpa. "Escuchamos a los ideólogos del mercado", dijo, pero recalcó que no todo lo aprobado en 11 años de gobierno había sido erróneo. Gabriel no descartó en el futuro formar coaliciones gubernamentales con el Partido de la Izquierda, con el que hasta ahora el SPD rechazaba aliarse a nivel nacional.

Pragmatismo a cambio de ideología

"Para mí no existe ningún motivo para descartar coaliciones por principio. Pero tampoco hay ningún motivo para formarlas por principio", expresó. Muchos delegados socialdemócratas fustigaron con dureza las controvertidas reformas de los sistemas sociales introducidas por el ex canciller socialdemócrata Gerhard Schröder, lo que para muchos en el partido y fuera de él supuso el comienzo del ocaso de la socialdemocracia alemana.

Desde que el partido volvió al poder en 1998 perdió 17 elecciones regionales y la mitad de los afiliados, además de contribuir al surgimiento del Partido de la Izquierda, formado por socialdemócratas desencantados y postcomunistas de Alemania oriental. El SPD gobernó en alianza con los Verdes de 1998 a 2005 y desde entonces como socio menor de la democristiana Angela Merkel.

¿Líderes en una dirección, ciudadanos en otra?

"Tuvimos que aceptar todo", se enardeció el ex diputado Eckart Kuhlwein. "Nunca hubo mayoría para Hartz IV (recortes de subsidio de desempleo), la jubilación a los 67 años y los planes de privatización de los ferrocarriles", se quejó, por su parte, el delegado bávaro Harald Unfried. "Si el SPD no acepta esta realidad no saldrá nunca del pozo".

Impertérritos, los líderes socialdemócratas siguieron las quejas de los delegados. Otro socialdemócrata que perdió su mandato en septiembre, Peter Conradi, sostuvo que era hora de que las bases se rebelaran tal como lo hicieron hace 50 años en un congreso. "Los delegados no pueden seguir permitiendo que se los obligue a dar el visto bueno a todo lo que les presentan los de arriba".

Gabriel, Nahles: un duo en conflicto

Varios oradores abogaron por volver a las raíces de izquierda como el miembro del ala izquierdista Niels Annen, quien afirmó que también durante el gobierno de los socialdemócratas los ricos se hicieron más ricos y los pobres se volvieron más pobres. El nutrido número de intervenciones demoró hasta la elección de la nueva cúpula. Por la noche del viernes se confirmaron la elección de Gabriel como presidente y de Andrea Nahles como nueva secretaria general, con un 69,6 por ciento de los votos.

Este sábado, los delegados deciden sobre la orientación futura de la política socialdemócrata. Muchas propuestas piden que sea revocado el aumento de la edad de jubilación así como los recortes al subsidio de desempleo.

También se espera una fuerte polémica en torno a la misión de los soldados alemanes en Afganistán. El domingo se cierra el congreso con un debate sobre el llamado programa de Godesberg, con el que la socialdemocracia alemana selló hace 50 años su transformación de partido obrero marxista a un partido popular de centro-izquierda.

Autor: JOV/ dpa/ afp

Editora: Mirra Banchón