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México observa tranquilo victoria de Joe Biden

Sandra Weiß
7 de noviembre de 2020

En Cholula, la ciudad habitada más antigua del continente americano, se recibe con calma el anuncio de un nuevo inquilino en la Casa Blanca y renuevan la confianza en una vecindad más armónica.

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Cholula in Mexiko
Cholula, la ciudad habitada más antigua del continente americano.Imagen: picture alliance/Robert Harding World Imagery/C. Kober

Poco después de definirse la elección en Estados Unidos, la vida sabatina en el pueblo milenario Cholula, la ciudad habitada más antigua del continente, a dos horas de la Ciudad de México, no se ve alterada. Frente al convento franciscano de San Gabriel, con sus imponentes muros del siglo XVI, algunos turistas se sacan fotos y vendedores ambulantes ofrecen artesanías y dulces típicos. Acaba de terminar la misa y parejas jóvenes aprovechan para tomar el sol y coquetear en el gran patio en el que los curas, luego de la Conquista española, solían reunir a los indígenas para impartir los oficios religiosos al aire libre. A esa hora, el Gobierno de México todavía no había emitido ninguna reacción oficial, siendo el país latinoamericano que de lejos tiene mayores intereses en juego. El presidente volaba en un vuelo comercial hacia el sureste, dijo el canciller. Pero eso no parecía molestar a nadie en ese pueblo mayoritariamente indígena.

Sentados debajo de un árbol de amate con raíces extensas, Ana Grecia Ramos (31) y David Maldonado (38) descansan y conversan. "La verdad es que no creo que haya algún cambio o esperanza para México", afirma la mujer, que es empleada pública. "Los estadounidenses van a seguir con lo mismo, con su política, defendiendo sus intereses". Su compañero de trabajo, Maldonado, sí tiene algunos temores: "Nuestro presidente (Andrés Manuel López Obrador) apoyó mucho a Trump durante la campaña. No sé cómo lo va a tomar Biden y qué medidas va a adoptar. Espero que respete el acuerdo de libre comercio", añade.

Fredy Sánchez acaba de visitar con su pareja la Capilla Real, erigida en 1540 al estilo de las mezquitas arábigas como la de Córdoba en España para evangelizar a los indígenas. Es reacio a contestar, pero al final concede: "Me da tristeza porque Biden no es cristiano, está de acuerdo con las clínicas abortivas", afirma el arquitecto católico de 40 años. Al contrario, Antonio Ortega está contento. "Para México es una buena opción comparado con Trump, que se quería llevar toda la industria y los empleos a Estados Unidos", dice el empleado de Volkswagen de 47 años. Coincide Oscar Rodríguez, estudiante de nutrición: "Se necesitaba un cambio", dice. "Aunque con nuestro gobierno en México vamos para atrás, no para adelante, ojalá pueda influir Biden en eso", dice el joven de 35 años.

A la sombra de los altos muros del Convento, Sandra Gutiérrez vende miel y polen que su esposo recolecta del pie del volcán Popocatépetl, a 30 kilometros de distancia. "No he tenido tiempo de enterarme", dice esa señora llena de pecas y con cabello cobrizo. Pero, aún así, tiene esperanza. "Las ventas han sido bajas por la pandemia, esperemos que mejore, y si el presidente de Estados Unidos puede ayudar en eso, pues bienvenido sea", dice Gutiérrez, de 46 años. Su esposo Andrés Rosales interrumpe. A él si le parece bien que haya ganado Joe Biden. "Donald Trump no me caía bien", afirma el apicultor de 48 años, con la piel curtida por el sol y los ojos negros rodeados de finas arrugas típicas de las personas que se ríen mucho y trabajan al aire libre. "Trump construyó el muro y nos insultaba mucho", añade.

Cruzando la calle se llega a la arbolada plaza principal de San Pedro Cholula. Valentina Patiño está disfrutando de un helado, y no le importan las elecciones en Estados Unidos. "No he seguido eso, me da igual quien gane, dice esa estudiante de física de 19 años. A pocos pasos, en una esquina del parque, Melesio Quiñones está revisando su celular. El sí ya está al tanto del resultado y le preocupa. "Me parece que hubiera sido mejor Donald Trump. Ha deportado menos mexicanos que Barack Obama y los demócratas", afirma. "La gente no se fija en los números y se deja ir por la corazonada y lo que los medios dicen. Me temo que no le vaya a ir bien a los migrantes", se preocupa este representante de una empresa farmacéutica. "Ojalá me equivoque", dice, pensando en su familia en Estados Unidos, y añade con pragmatismo: "En fin, ya ganó, para qué vamos a hablar mal. Creo que tenemos que ocuparnos de nuestros proprios asuntos mexicanos y tratar de hacer un buen equipo con el nuevo presidente de Estados Unidos". Luego le entra un mensaje y se dedica de nuevo a sus asuntos, como todos los entrevistados que apenas interrumpieron sus rutinas un ratito para dedicar unos pensamientos a los asuntos del vecino del Norte.