Complejo balance en el aniversario del tsunami

El periódico Basler Zeitung, de Basilea, apunta: "El día de ayer estuvo cargado de emociones, debido a las ceremonias de conmemoración. Pero marcó también el primer aniversario de la ayuda para la reconstrucción, con un balance lleno de claroscuros. Mientras muchos hoteles han sido reconstruidos en las paradisíacas islas, cientos de miles de personas se ven forzadas a vivir todavía en alojamientos provisorios y muchos damnificados por el tsunami no están en condiciones de ganarse el sustento. Esto, pese a una cantidad sin precedentes de ayuda y donativos. El tsunami destruyó vidas humanas, pero no fenómenos como la burocracia, la envidia, la corrupción y la guerra civil."

Conflicto persistente

El Corriere della Sera, de Milán, opina: "Tal como la tragedia fue global, la respuesta fue global. Pero tampoco faltan las pugnas, sobre todo en Sri Lanka, donde la guerra civil entre los singaleses y los rebeldes tamiles está nuevamente alzando la cabeza. Las esperanzas de que la enorme tragedia pudiera conducir hacia el camino de la paz y a un acuerdo entre las partes en conflicto se desvanecen en vista del aumento de los sangrientos atentados, que ni siquiera hace un alto ante aquellos que trabajan para las organizaciones asistenciales internacionales."

Pecados ecológicos

El Nürnberger Nachrichten, de Núremberg, comenta: "Muchas personas posiblemente estarían aún con vida si no se hubiera sacrificado la protección del medio ambiente por el lucro. Por ejemplo, en todos aquellos lugares donde los manglares y los arrecifes de corales no fueron destruidos para construir complejos hoteleros, el tsunami provocó menos daño que en las playas aplanadas para el turismo. Por otra parte, la devastación quizá hubiese sido menor si personas bien preparadas hubieran conocido estas interrelaciones y hubieran puesto freno a tiempo a la industria turística. Ciertamente, la educación, la protección del medioambiente y el desarrollo no pueden evitar las catástrofes naturales, pero sí mitigar sus consecuencias. Para eso se requiere dinero, que aún hay en abundancia. Y se necesita paciencia, de parte de víctimas y donantes, pese a que cueste tenerla en vista de la catástrofe."

Duelo y esperanza

El rotativo L'Union, de Reims, señala: "El mundo contuvo el aliento en memoria de las víctimas del tsunami. Hubo flores, lágrimas y escenas conmovedoras. Personas dolientes de todas las naciones se reunieron en las costas del Océano Índico, donde las mareas arrasaron con todo y, principalmente, con muchas vidas humanas. Aquellos que, al viajar a esos lugares, rindieron homenaje a los muertos, dieron también una señal de esperanza, que los ayuda a rehacer su vida interior. Esto demuestra nuevamente que no se puede afrontar el futuro sin aceptar el pasado."