Cinco nobeles de la paz y los obstáculos para la paz mundial
20 de septiembre de 2019Hay menos guerras en el mundo que en 2017, pero más países en conflicto. Y las guerras que persisten se han recrudecido. Esa es una de las conclusiones que se pueden extraer de los numerosos estudios que tratan de analizar lo incomprensible: ¿por qué nos matamos?
El Instituto Heidelberg para la Investigación Internacional de Conflictos (HIIK) observó que en 2018 se redujeron las guerras de intensidad elevada de 20 a 16 respecto al año anterior. Sin embargo, aumentaron de 16 a 25 las ‘guerras limitadas', esto decir, aquellas en que las partes beligerantes no destinan el total de recursos a su disposición. La mayoría de guerras se concentran en los países árabes, tanto de Oriente Medio como del Norte de África.
Oriente Medio: disputado por más países
La jurista iraní, Shirin Ebadi, señala a Deutsche Welle que "la razón porque esas guerras continúan es la venta de armas, porque hay mucho lucro en la venta de armas”, y añade que la mitad del armamento que se fabrica en el mundo va a parar a Oriente Medio.
Ebadi apunta que "las recientes disputas en esa región se deben a las ambiciones políticas de Arabia Saudí, Irán y Turquía, y no tanto a la pérdida de hegemonía de Occidente. En los últimos años Irán se ha entrometido en los asuntos del Líbano, Siria, Irak y Yemen”. En ese sentido, la Premio Nobel de Paz considera que en un futuro cercano en Oriente Medio escalará la intensidad de las "guerras subsidiarias”.
Le sigue África como una de las regiones más azotadas por conflictos bélicos. Mientras, en Latinoamérica, destaca el único caso de México como país en guerra por su lucha contra el narcotráfico.
Cambio climático y amenaza nuclear
Más allá de la guerra el mundo suma nuevos o antiguos factores de desestabilización. Tanto el ex-presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, como la activista estadounidense Jody Williams, coinciden en destacar el cambio climático y la carrera nuclear como los principales riesgos para la paz mundial. "Los gobernantes que deberían dedicarse a proteger la Amazonas, por ejemplo, no lo están haciendo”, criticó Santos.
"En términos de amenaza nuclear hemos retrocedido en vez de avanzar”, subraya el ex-presidente colombiano en entrevista con DW, en referencia a la ruptura del acuerdo nuclear entre Irán y EEUU. Mientras.
Aumentan las tensiones geopolíticas
El final de la Guerra Fría abrió paso a la hegemonía de Estados Unidos, sumado a un proceso de globalización que provocó la interdependencia entre los países y la imposición de la democracia como forma de gobernar predominante. Todo ello favoreció uno de los períodos más pacíficos en la Historia. En 1996 se contabilizaban ocho guerras, según el HIIK.
La retirada del presidente estadounidense Donald Trump de Oriente Medio y en general su política diplomática de no-intervención en otros países ha propiciado que otras potencias, como Rusia, China o Irán, vean la posibilidad de ganar terreno en la disputa por algunas zonas de influencia.
"En los últimos años los elementos internacionales que ayudan a dar estabilidad al mundo se han debilitado mientras que quienes actúan más agresivamente se han empoderado”, considera el ex primer ministro de Irlanda del Norte, Lord David Trimble, en entrevista con DW. Como ejemplo pone a las Naciones Unidas: "Pensábamos que iba a traer la paz global, pero como vemos ahora está muy lejos de que así sea”.
Las dificultades internas en Europa, como la oleada de refugiados, el auge de los nacionalismos y el "brexit” han acelerado la pérdida de la hegemonía de Occidente.
Por su parte, el ex-presidente Lech Walesa señala a DW que "el principal impedimento para alcanzar la paz es el peso del pasado, el sufrimiento y desproporciones que resultaron del desarrollo social del pasado”, razón que esgrime para explicar el auge de los nacionalismos y populismos en Europa.
En ese sentido, la mayoría de Premios Nobel de Paz entrevistados coinciden en que la democracia es la mejor forma de gobierno para garantizar la paz. Pero al fisurarse las democracias, el sistema democrático en el orden mundial pierde capacidad para imponerse ante los autoritarismos en la resolución de conflictos.
Más allá de la guerra
Como resultado, aumentan las víctimas causadas por las guerras y el terrorismo. A ese incremento de muertes se suman las persecuciones contra la población (caso de Birmania), la violencia interna y la miseria, como en Venezuela: problemáticas que no tienen el status de guerra, pero que han generado la mayor cifra de desplazados en la historia. En su página web, la Agencia para los Refugiados de Naciones Unidas (Acnur), apenas contabiliza ocho conflictos bélicos en la actualidad, pero a su vez subraya que hay cerca de 71 millones de personas desplazadas de sus hogares. La cifra duplica el número de desplazados (tanto internos como refugiados) de hace 20 años.
Asimismo, cabe subrayar que mueren más personas asesinadas intencionalmente que en conflictos bélicos. Según los datos de Global Study on Homicide 2019, elaborado por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), hubo un total de 464 mil víctimas de homicidio en todo el mundo en 2017, frente a 89 mil que murieron en conflictos armados.
Y Centroamérica es la región del mundo más azotada por este tipo de violencia. En las dos últimas décadas Honduras, Guatemala y El Salvador encabezaban los ránkings de tasa de homicidios debido al control y la brutalidad de las maras.
Imparable violencia en México
El constante incremento de asesinatos en México después de que el gobierno declarase la guerra contra el narco en 2006 ha situado al país entre los más violentos del mundo en los últimos años. Cinco de las seis urbes del mundo con mayor tasa de homicidios en 2018 eran mexicanas, según el estudio anual del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.
La violencia en México sigue en aumento este año. Con más de 17.608 asesinatos, el primer semestre de 2019 fue el más violento en la historia del país. Ni siquiera Yucatán, considerado el estado más pacífico de México, se libra de esa espiral de violencia. Pese a ello, su capital Mérida, fue catalogada recientemente como la segunda ciudad más segura de América, de acuerdo a la revista CEO World.
"Escogimos Yucatán, Mérida, como sede de esta cumbre por ser una muestra de que la paz es posible si la sociedad y el gobierno trabajan juntos. Encontramos una comunidad que creó una convivencia pacífica y que esa paz no depende sólo del gobierno, sino del compromiso de los ciudadanos”, explica a DW la presidenta de la organización de Cumbres de Premios Nobeles de Paz, Ekaterina Zagladina. Mérida alberga esta semana la 17ª edición de este encuentro que tiene como objetivo "demostrar el poder de los ciudadanos de construir la paz”.
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