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Cinco años de Rusia en Siria: Moscú llegó para quedarse

Roman Goncharenko
30 de septiembre de 2020

Hace cinco años, Rusia intervino activamente en la guerra de Siria con el pretexto de luchar contra el terrorismo. ¿Qué ha logrado Moscú, y a qué precio? ¿Qué salió mal? Una evaluación con expertos.

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Avión ruso de combate Suchoi Su-25 en la base aérea de Hmeimim en Siria
Avión ruso de combate Suchoi Su-25 en la base aérea de Hmeimim en SiriaImagen: picture-alliance/AP/Russian Defense Ministry Press Service/V. Savitsky

El 30 de septiembre de 2015, Moscú anunció una operación militar en Siria. Según el presidente de Rusia Vladimir Putin, el objetivo era combatir la organización terrorista Estado Islámico (EI). Una operación que se convirtió en el mayor y más largo despliegue en el extranjero del Ejército ruso desde el colapso de la Unión Soviética. Inicialmente, sólo la Fuerza Aérea debía apoyar al Ejército sirio. Pero Moscú mandó luego a infanteristas que fungen en Siria como policía militar. También hay informes sobre unidades paramilitares privadas.

Victoria sobre el El y Assad retiene su cargo

Grigory Lukyanov, experto del Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia (RIAC) y profesor de la Escuela Superior de Economía (HSE) de Moscú, cree que el objetivo de la operación era, en efecto, la lucha contra el terrorismo, como dijo Putin. "Y esto se ha logrado”, dice Lukyanov, quien compara la intervención de Rusia en Siria con el apoyo de EE. UU. a Irak: "Se detuvo un proyecto que desafiaba todas las fronteras estatales de la región. Sin la intervención rusa, asegura Lukyanov, el Estado sirio como tal ya no existiría, y Bashar Al Assad no seguiría en su cargo.

Markus Kaim, de la Fundación Ciencia y Política (SWP), con sede en Berlín, menciona otros propósitos de Rusia. "El primer objetivo era el regreso al Medio Oriente. Después del fin de la Unión Soviética, Rusia desapareció de la región. Ahora está en Siria y Libia. No hay forma de evitar a Moscú", recuerda Kaim. El segundo objetivo era impedir "lo que Moscú consideraba ‘una revolución ilegal' en su patio trasero", es decir, el intento de la oposición de derrocar a Assad. En otoño de 2015, se esperaba que el régimen se derrumbara en pocas semanas, recuerda el experto, y añade: "El tercer objetivo era demostrar que Rusia era capaz de realizar operaciones de carácter militar. Esto también fue un éxito. Muchos nuevos sistemas de armas han sido ensayados con éxito". Se sabe que el nuevo tanque de batalla principal T-14 Armata y los nuevos sistemas para las fuerzas aéreas fueron probados allí.

El dividendo diplomático de la misión militar

Ambos expertos creen que la misión de Siria ha fortalecido la posición de Rusia en la región. "La presencia en Siria es una piedra angular de toda la política rusa en el Oriente Medio y el norte de África", afirma Grigory Lukyanov. Esto se aplica a las nuevas relaciones con los países de la región, que ven a Rusia como un nuevo actor influyente, pero también a los nuevos formatos de debate, como el Proceso de Astaná. En este marco, Rusia está discutiendo la situación de Siria con Turquía e Irán.

Assad y Putin en Sochi en mayo de 2015
Assad y Putin en Sochi en mayo de 2015Imagen: picture-alliance/AP Photo/M. Klimentyev

Markus Kaim también considera que Rusia ha sido capaz de "convertir el compromiso militar en influencia política". El formato Astaná para dar forma al orden de la posguerra de Siria, dice, es una "alternativa eficaz a la línea de Naciones Unidas, donde se ha buscado algo similar".

Pero los beneficios diplomáticos se limitan a Oriente Medio. "El éxito en Siria no ha traído ningún progreso en lo que respecta a Ucrania", subraya Lukyanov. El logro más importante son las nuevas relaciones con los países de la región del Oriente Medio. Sin embargo, el "éxito” de Moscú en Siria no se ha traducido en mejora de las relaciones con Occidente.

Una cuestión de precio

Se calcula que la misión inicial le habría costado a Rusia unos 1,7 millones de euros. Y la misión siria sigue consumiendo importantes recursos rusos. Además, la caída de los precios mundiales del petróleo y la pandemia de coronavirus obstaculizarían una rápida recuperación de la economía siria.

Rusia está presionando para que la UE se involucre, dice Markus Kaim, un imposible en las condiciones actuales. "Desde una perspectiva occidental, la situación humanitaria en Siria sigue siendo deplorable", añade. Las bajas civiles durante al ataque a Alepo, causaron críticas masivas a la acción rusa. Moscú rechazó todas las acusaciones.

Rusia extiende su base en Hmeimim

Ambos expertos están de acuerdo en que Rusia no abandonará a Siria en un futuro próximo. De lo contrario, "algunos de los acuerdos alcanzados con los países de la región se desmoronarían", según Lukyanov. Kaim está convencido de que Moscú considera a Siria como un puesto de avanzada de la influencia rusa.

De hecho, en agosto el Kremlin acordó con Siria instalar una nueva base aérea cerca de Hmeimim, junto a la base naval en el puerto de Tartu, que ha existido desde la Unión Soviética.

(jov/cp)