Publicidad
El cibersexo constituye desde hace tiempo una parte importante de Internet. Mientras políticos y científicos continúan hablando sobre la regulación de páginas pornográficas y salas de chat de temática sexual, la industria experimenta ya con nuevas alternativas. Una empresa de Amsterdam, dedicada al campo de la "teledildónica", desarrolla consoladores y vaginas artificiales que pueden interactuar a través de Internet. Igualmente existen compañías que trabajan en productos como lentes 3D para aplicaciones de contenido sexual. Sin embargo, esta liberación digital también conlleva posibles peligros. Los psicólogos afirman que existe un alto potencial de adicción, especialmente en aquellas prácticas que no implican una interacción social.