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Casa Blanca continúa ofensiva por la posguerra de Irak.

17 de junio de 2005

El Gobierno estadounidense sigue esforzándose en justificar la guerra de Irak tras la bajada de la valoración de Bush en las encuestas de opinión, aludiendo los progresos en el país.

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La Casa Blanca intentó nuevamente dar un giro positivo a la complicada situación de la posguerra en Irak, al indicar que, pese a la delicada situación en ese país, el objetivo de EEUU es ganar. El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, dijo a la prensa que el presidente de EEUU, George W. Bush, y "todos queremos que las tropas regresen pronto", pero que esto no sucederá antes de completar la misión en Irak.

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La pelota retorna a los defensores de la guerra.Imagen: ap

El portavoz presidencial insistió en que, pese a las dificultades y peligros en el campo de batalla, Estados Unidos está logrando progresos en el país árabe. McClellan enfatizó que los iraquíes se mantienen comprometidos con un futuro libre y democrático, que comenzó con una alta participación en las elecciones de enero para formar un gobierno de transición y la elaboración de una nueva Constitución.

Pero sus declaraciones han hecho poco por calmar a la oposición demócrata, que empieza a circular la idea de que el Congreso inicie una investigación sobre los pormenores del denominado Memorándum de Downing Street. El documento, elaborado en julio de 2002 para el primer ministro británico, Tony Blair, señala que Bush ya había tomado la decisión de invadir Irak y la idea era que los informes de inteligencia de alguna manera justificasen esa decisión.

La Casa Blanca se ha mantenido firme durante toda la semana sobre la difícil situación en Irak, pese al creciente número de soldados estadounidenses muertos y el descenso de la popularidad de Bush en las encuestas de opinión. El Gobierno ha lanzado una ofensiva política para tratar de superar estas malas noticias, que incluyen peticiones de congresistas republicanos para que se fije un calendario para la retirada de los aproximadamente 140.000 soldados en Irak, a lo que se niega la Casa Blanca. Dentro de esta ofensiva, Bush se reunirá el próximo viernes en Washington con el primer ministro iraquí, Ibrahim al-Yafari.