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¿Cambio en Ecuador?

25 de noviembre de 2002

La victoria de Lucio Gutiérrez parece ser otro éxito del llamado "populismo izquierdista" latinoamericano. Pero los expertos advierten que hay que diferenciar.

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Lucio Gutiérrez arrasó con 54,3% de los votos.Imagen: AP

Además de las victorias electorales que pueden ser denominadas de izquierda, los observadores políticos de la realidad latinoamericana dirigen la mirada hacia las movilizaciones recientes en países como Perú, Argentina, o Uruguay. En este sentido, efectivamente se percibe un "cambio de viento" en Latinoamérica donde la población parece decir que "está agotada". Las protestas sociales que están desembocando en cambios de la constelación política en la región apuntan hacia ajustes económicos que se perciben como interminables.

"Lucio no es Lula"

¿Primero Venezuela, después Brasil y ahora Ecuador? La única comparación válida con Brasil sería en cuanto a su proceso histórico, ya que Gutiérrez, quien entró en el plano político hace escasos tres años, no se debe ni a una lucha social sostenida ni a una gestión de largo aliento. En cambio el brasileño Lula da Silva lleva décadas trabajando activamente en la política.

En todo caso, habría puntos en común con Chávez, "por su pasado militar, golpista y los atavíos militares en sus apariciones públicas", explica el economista ecuatoriano Alberto Acosta, aunque tampoco "encaja en la línea de la revolución bolivariana" de Chávez.

"(Pero) no se deben sacar conclusiones a priori, que digan que Lucio es igual a Lula y a Chávez", advierte Acosta en conversación con DW-World. "Es una pésima percepción de lo que está pasando. La muletilla del populismo sólo sirve para desprestigiar a quienes no aplican una política económica ortodoxa, prudente y neoliberal, cuando (desde afuera) se ignora lo que se hace, se cataloga de populismo", agrega.

Primeras señales sobre la política económica

Coronel retirado de 42 años, Lucio Gutiérrez lideró en enero del 2000 una revuelta de grupos indígenas y militares que derribó al entonces presidente Jamil Mahuad. Ahora enfrentará en el Congreso a los partidos tradicionales, los grandes perdedores de las elecciones del domingo.

En consecuencia, muchos se preguntan, cuánto cambiará concretamente la política económica del Ecuador. Al igual que sus vecinos, el país debe recuperar la confianza de los mercados, de inversores y de donantes de asistencia al desarrollo. Gutiérrez ya anunció que buscará un pacto con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la clave para ganarse también el beneplácito de los mercados financieros, aunque intenta aparentemente cuadrar el círculo al señalar que lo haría sin aplicar nuevas medidas económicas.

En este sentido, Lucio ya dio señales de los miembros que integrarán su equipo económico. "Banqueros y antiguos ministros de Jamil Mahuad, (por lo tanto) no va a haber mucho cambio", vaticina el economista Alberto Acosta. Así las cosas, "será más de lo mismo en lo económico y en lo social".

Imigranten
Ecuadoreans line up apply for Imigration to Spain in Quito, Ecuador Tuesday, March 19, 2002. The Ecuadorean Chancellor requests curriculum vitaes from all who want to work in Spain. (AP Photo/Dolores Ochoa)Imagen: AP

La percepción externa

Si el nuevo mandatario logra una aproximación al FMI y a los mercados, podría sin duda ganarse el aplauso de la comunidad internacional. A nivel interno, habrá que estar atentos "si esto es suficiente para calmar las expectativas generadas y satisfacer el voto protesta y el voto esperanza", dice Alberto Acosta a DW-World.

Si se alcanza un mínimo de estabilidad económica, frente a países como Alemania, socio tradicional en la cooperación al desarrollo y un histórico referente en las inversiones en América Latina, Lucio Gutiérrez podría sintonizar con el continuismo económico que de él se espera. Al mismo tiempo algunos analistas temen que si las expectativas internacionales llevan a la formulación de una respuesta considerada madura en términos económicos, se "cavará la tumba del nuevo mandatario", apunta Acosta.

La dificultad radica por lo tanto en hacer coincidir las expectativas internacionales y las necesidades de cambio en Ecuador. Sería la única manera "de evitar una protesta masiva, para no frustrar doblemente a los indígenas que ahora creen haber llegado al poder.

Por lo tanto, más allá de combatir problemas como la corrupción política y el gasto excesivo, se debe enfrentar "un esquema que genera pobreza y una sistemática inestabilidad política, cuyos riesgos económicos tienen que ser evaluados adecuadamente". El papel de países como Alemania no se debe limitar a observar de brazos cruzados. El economista Alberto Acosta concluye: "La responsabilidad del exterior es mucho mas grande de lo que parece."