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Cae el último bastión de Sadam

15 de abril de 2003

Mientras en Basora, tropas británicas comenzaban a controlar los saqueos, las estadounidenses tomaban la cuna de Sadam. En el día 26 de la guerra se han dado los primeros pasos hacia una nueva organización de Irak.

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La estatua del depuesto Sadam contempla las calles vacías de TikritImagen: AP

Tanques norteamericanos irrumpieron victoriosos en el centro de Tikrit, la ciudad que se tiene como la cuna del depuesto presidente Sadam Husein. Infantes de marina del ejército aliado se enfrentaron esporádicamente con soldados iraquíes, y llegaron sin mayor resistencia hasta el Palacio Presidencial. La ciudad se da por tomada. La caída de Tikrit es de especial importancia, puesto que tanto Sadam Husein como los pilares de su régimen provenían de la zona. Los norteamericanos la habían dejado para el final, así un comentarista alemán, porque temían una resistencia encarnizada. Pero no fue así, Tikrit cayó al igual que Samarra, cincuenta kilómetros al sur. Y la tan mentada "Guardia Republicana" había puesto los pies en polvorosa. Fueron pequeños grupos de milicianos los que presentaron combate.

Primeras reuniones

La guerra ha iniciado así el fin de la fase decisiva. Las tropas aliadas controlan las principales regiones del país, también los pozos petroleros. Según informaciones norteamericanas, sólo un incendio en un pozo resta por apagar. El régimen de Husein ya no existe, únicamente combates esporádicos en Bagdad –en donde fueron encontrados hoy escondites de armamento- impiden que Estados Unidos declare la victoria definitiva y, con ella, el fin del conflicto bélico. Mientras tanto, dirigentes religiosos se han reunido con representantes de la oposición para discutir sobre la reconstrucción de la administración. Se trata básicamente de la seguridad pública y de los servicios de agua y luz.

Estado sí, norteamericano no

Cientos de personas se concentraron frente al Hotel Palestine -en donde se encuentran alojados los periodistas- para manifestar su furia contra los Estados Unidos, principalmente, y para clamar por orden. "Estado islámico, no norteamericano", voceaban docenas de manifestantes. Entre tanto, el ejército norteamericano se decidió a procurar un nuevo orden, con ayuda de policías iraquíes. Más de 2000 hombres y mujeres acudieron convocados por militares estadounidenses para prestar servicio: desde la semana pasada cuando las tropas aliadas entraron en la ciudad no habían vuelto a trabajar. También el jefe de la Sección de Policía del Ministerior del Interior, Suhair al-Nuami exhortó a más de 40.000 policías a retomar sus funciones.

En Basora no más saqueos

En la sureña ciudad de Basora han cesado los saqueos. Soldados británicos comenzaron a recorrer la ciudad, asistidos por policías iraquíes. Según un vocero militar británico, 300 iraquíes se han presentado a prestar servicio. Si bien es comprensible que el pueblo iraquí, harto de años de dictadura se haya tomado lo que creía suyo, el tiempo del saqueo ha terminado, y la prioridad la tiene ahora la seguridad de la segunda ciudad del país para que las organizaciones de ayuda humanitaria puedan empezar su trabajo, así el portavoz británico.

La política y el arte

Por su parte, el secretario de Estado, Colin Powell, ratificó ayuda estadounidense para la seguridad del patrimonio cultural iraquí, así como para restaurar las obras de arte que han sido destruídas durante los saqueos del Museo Nacional. Estatuas y objetos de incalculable valor histórico y artístico fueron robados sin que el ejército norteamericano hiciera nada para impedirlo. En el "Palacio de la Sabiduría", la biblioteca nacional de Badgad, vándalos robaron inmensas cantidad de libros, y le prendieron fuego. El presidente del Consejo Internacional de la Conservación de Monumentos, Michael Petztet, calificó estos hechos de "un crimen contra la humanidad". Y puesto que Grecia tiene mucha experiencia al respecto, el gobierno norteamericano ha contactado ya con el ministro de Exteriores griego, Giorgos Papandreou, para que lo asista en su tarea de restaurar y devolver las obras de arte, puesto que los Estados Unidos "están conscientes de su deber", declaró Powell.