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¿Cómo llega el sol a la olla?

22 de febrero de 2010

Hornillos solares, los hay de los más diferentes modelos. La mayoría, sin embargo, tienen algo en común: recogen la luz del sol a través de espejos y la focalizan en un punto.

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La energía que irradia el sol puede alcanzar hasta un kilovatio por cada metro cuadrado de la superficie terrestre. O, lo que es lo mismo, aproximadamente la mitad de la potencia que suministra un moderno hornillo eléctrico. Para poder usar la luz del sol para cocinar, en primer lugar hay que reunirla y concentrarla sobre una superficie pequeña. Algo que se puede conseguir de forma sencilla a través de lentes o también utilizando espejos. Un sistema, este último, utilizado en el caso de los hornillos solares. Con el uso de espejos de gran calidad (por ejemplo, hojas de aluminio eloxado) se consigue reflectar el 95% de la radiación solar, un porcentaje que se reduce hasta el 50% si se opta por utilizar hojas de aluminio económicas. Lo que comporta que, la mayoría de las veces, los hornillos solares baratos requieran largos tiempos de cocción.

Kochen mit Solarkocher
Hornillos solares: del sol a la olla.Imagen: cc/Nicolas Sauvage

Un hornillo solar con un espejo parabólico de un metro y medio de diámetro es capaz de reunir, en unas circunstancias de fuerte radiación solar, una potencia de dos kilovatios y concentrarla sobre una placa de cocción. En función de la calidad del espejo, la potencia reflectada sobre la encimera alcanzará entre 1,5 kilovatios y 750 vatios. Es decir, que serán necesarios de 10 a 20 minutos para que tres litros de agua arranquen a hervir. Si se trata de una sencilla cocina solar que utiliza una chapa de medio metro cuadrado a modo de espejo, la placa de cocción trabajará con una potencia de unos 200 vatios. En este caso, los tres litros de agua tardarán una hora en arrancar a hervir.

Para potencia elevada la que es capaz de alcanzar el horno solar del Centro Aeroespacial Alemán (DLR, por sus siglas en alemán), con sede en Colonia: un espejo de 57 metros cuadrados recoge la luz del sol y la focaliza sobre una superficie de pocos centímetros cuadrados. La potencia alcanzada, de 22 kilovatios, es capaz de agujerear una gruesa placa metálica. El horno solar es un experimento con el que los científicos ponen a prueba nuevas tecnologías, también con el objetivo de seguir desarrollando las centrales termosolares. Unas centrales que desempeñan un papel importante, por ejemplo, en DESERTEC. El proyecto para producir electricidad en el desierto prevé, hasta el año 2050, cubrir alrededor del 15% de la demanda europea de energía con electricidad limpia procedente de África.

Autor: Antonia Rötger / Helmholtz Gemeinschaft
Redacción: Emili Vinagre