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Ropa “de segunda mano” se pone de moda en Portugal

9 de febrero de 2011

En la crisis, los portugueses –y especialmente las portuguesas– descubren las tiendas de segunda mano y el encanto de los productos de las tres “B”: buenos, bonitos y baratos.

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Nuno Lopes tuvo la idea adecuada en el momento adecuado.Imagen: DW/J.Faget

Tina Turner suena a todo volumen en el equipo de audio. Una cliente ya no tan joven hurga en el estante de los sombreros, bajo la luz de una lámpara original de los años 80. Una muchacha busca a su lado un abrigo entre la mucha ropa que cuelga apretada de sus percheros.

Los ojos de Nuno, de unos treinta y tantos años, brillan debajo de los gruesos cristales de sus gafas. Ha descubierto una mina de oro: “Ya el año pasado abrimos nuestra tercera tienda. La ropa de segunda mano es un súper negocio en tiempos de crisis”, se alegra.

“Vendemos prendas a partir de un euro. Pero, precio aparte, nuestros clientes compran sobre todo bellas piezas únicas, que les sirven a todos. Es la última moda al menor precio”, explica el vendedor.

La otra Cara de la Luna

“A outra Face Da Lua”, en el antiguo barrio Baixa, de la parte baja de Lisboa, se ha vuelto popular. “La otra Cara de la Luna” vende moda de segunda mano, de la mejor. No se trata de viejas prendas raídas del escaparate de la abuela, sino de extremadamente baratos, pero exclusivos vestidos de noche, blusas o abrigos de tiempos no muy lejanos.

Die andere Seite des Mondes, der beliebte Second-hand-Laden in Lissabon
A outra Face Da Lua –La otra Cara de la Luna– se ha vuelto popular en Lisboa.Imagen: DW/J.Faget

Las mujeres en Lisboa están encantadas con la idea de Nuno: “Es moda retro reciente que de otro modo no existiría en ninguna parte”, suspira una joven. “Así uno puede realmente diferenciarse de los demás”, se apura para agregar.

Y todo esto, a precios bien valorados por las portuguesas, preocupadas por su estilo en el vestir pero igualmente afectadas por los recortes salariales y las subidas de impuestos. “Con la crisis no nos podemos dar el lujo de una tienda cara. Sólo nos queda el second-hand. Todavía, de vez en cuando, me doy el gusto de comprar algo especial, pero no vivimos en tiempos para caras extravagancias”, explica una dama.

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¿Qué me compraré, qué me compraré?Imagen: DW/J.Faget

Buena calidad a bajos precios

Así, el imperio de ropa reciclada de Nuno se ha convertido en el salvavidas de muchas lisboetas, que ahora lo veneran con múltiples argumentos. Una larga gabardina de invierno de los años 70, por ejemplo: “la tela aguanta otros 30 años. Y eso, por sólo 50 euros. En cualquier otra tienda algo así, tan fino, cuesta mucho más de 100 euros”, asegura Nuno.

Pero también él se enfrenta a cada rato con la cara fea de la crisis. En general, compra sus prendas a vendedores especializados en toda Europa. Sin embargo, últimamente, muchas clientes se le acercan para intentar vender sus propias prendas.

“Es un claro síntoma de la crisis. La gente vende sus cosas porque necesita el dinero. Y, en ese caso, somos nosotros su primera estación. Nos preguntan si estamos interesados en sus viejas prendas”, cuenta el zar de la ropa de segunda mano en Lisboa.

Como Nuno no sólo tiene gusto para la moda sino también un gran corazón, a veces hasta compra piezas que no están en óptimo estado. Esas se venden luego en acciones de rebaja en otra tienda, por cinco euros.

El glamour de los años 80

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Moda barata, de tiempos no tan lejanos.Imagen: DW/J.Faget

En “La otra Cara de la Luna” Nuno ha invertido sus últimos seis años. La tienda debe quedar como modelo exclusiva de su concepto. En estos momentos están de moda los años 80, “con sus colores y formas estridentes”, aclara el lisboeta: “Tanto jóvenes como viejos están encantados con cosas que hace poco considerábamos esencialmente feas, pero así es la moda”.

Los ojos de Nuno brillan nuevamente, mientras observan desde la caja registradora. Tina Turner sigue sonando a todo pulmón. Aquella joven, allí detrás, justo delante de esa horrible alfombra de los años 80 de la que Nuno está tan orgulloso, acaba de elegir y comprar una chaqueta por 30 euros. No quería. Pero no pudo resistirse. Algún lujo hay que darse, aún en tiempos de crisis, se justifica al despedirse.

Autor: Jochen Faget / Rosa Muñoz Lima

Editora: Emilia Rojas Sasse