Bosch apuesta a la movilidad electrónica
23 de julio de 2011Publicidad
“¡No dejes de pisar el acelerador!”, dice el ingeniero desde el asiento del copiloto, mientras el conductor del cupé deportivo surca la pista del centro de pruebas Boxberg-Windischbuch de la empresa Bosch a más de 160 kilómetros por hora.
El coche debe mantener su velocidad hasta alcanzar los 200 kilómetros por hora para comprobar si el turbocompresor puesto a prueba está cumpliendo su función o no: mejorar considerablemente el rendimiento del modesto motor de 1,8 litros con que viene dotado el cupé en cuestión.
Este es uno de los muchos experimentos que el proveedor de componentes automotrices realiza en su sede central –ubicada en el Estado federado de Baden-Württemberg– con miras a asegurar sus posibilidades de crecimiento en la era de la movilidad electrónica sin descuidar sus intereses en el mercado de los coches tradicionales.
Bosch está invirtiendo tanto en tecnologías de punta –como el desarrollo de nuevos sistemas de asistencia para conductores– como en dispositivos para que los motores convencionales ahorren combustible sin perder rendimiento.
Las demandas de los conductores del futuro
“Nosotros esperamos un crecimiento económico del 10 por ciento”, agrega el ingeniero, enfatizando que el número de empleados dedicados al desarrollo de tecnología para automóviles ascenderá de 167.000, a principios de 2011, a 177.000, hacia finales de año. La meta: prever y satisfacer las demandas de los conductores de mañana.
La seguridad seguirá siendo un aspecto importante de los autos en el futuro, pero el factor Internet promete convertirse en un decisivo argumento de venta a mediano plazo.
Los jóvenes que compran un coche nuevo quieren participar de la vida en Internet aún cuando recorren las calles y aquí entran en juego dos tópicos de los que Bosch se ha ocupado intensivamente: el infotainment –es decir, la información como entretenimiento– y la posibilidad de que el piloto conduzca autónomamente, apoyado o reemplazado por una computadora.
La industria automotriz al borde de la revolución
En este momento, los fabricantes de coches hacen grandes encargos a discreción, presionando a los proveedores de piezas para que reduzcan sus precios; si no lo hacen, corren el riesgo de que el cliente cierre un trato más conveniente para él con otras empresas del sector.
Pero esta situación puede cambiar radicalmente, sobre todo gracias a la concepción de sofisticados sistemas electrónicos. Willi Diez, profesor de la cátedra de Economía del Automóvil en la Escuela Superior de Nürtingen-Geislingen, en Baden-Wurtemberg, está convencido de que aparecerán campos en donde los productores de coches dependerán más de los proveedores de componentes para el auto que a la inversa.
“El motor y la batería son los elementos clave para la construcción de automóviles electrónicos de gran rendimiento, y hasta ahora los fabricantes de autos han trabajado muy poco en ese ámbito”, sostiene Diez en entrevista para Deutsche Welle.
Bosch, armada hasta los dientes
Cerca de 800 ingenieros de Bosch trabajan en este sector, financiado mediante sociedades establecidas por la empresa con el consorcio surcoreano Samsung –una empresa conjunta fabrica células de batería– y con el consorcio Daimler. “Eso es algo inusual en la industria y demuestra que Bosch tiene una posición muy fuerte", comenta Diez. Al parecer no habrá que esperar mucho para que los fabricantes de autos y los proveedores de sus componentes comiencen a sostener relaciones de negocios más igualitarias.
Autores: Klaus Ulrich / Evan Romero-Castillo
Editor: Enrique López
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