1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Bolsa y atentados: inmediato retorno a la normalidad

8 de julio de 2005

Mientras que las víctimas, sus familiares y la sociedad requieren tiempo para recuperarse, los mercados son más pragmáticos. La calma vuelve casi de inmediato.

https://p.dw.com/p/6tls
A la caída le sigue el rebote al alza.Imagen: APTN

Los negocios continúan. Aunque hubo caídas generalizadas en las bolsas de valores luego de los atentados de Londres, ni siquiera la bolsa londinense cerró sus puertas. Un día después de la serie de explosiones la tendencia fue de una recuperación clara. Con el fin de semana de por medio, el lunes se espera que el movimiento reafirme una tendencia sólida.

Los inversores se defienden de quienes los acusan de insensibles ante la desgracia humana y sostienen que miran hacia delante, para no claudicar ante quienes cometen esta clase de atentados.

Nach Terroranschlag in London Doppeldeckerbus
La incertidumbre provoca pérdidas en los mercados.Imagen: AP

No faltan las comparaciones con los atentados en Nueva York y Madrid. Pero las previsiones "por analogía" son peligrosas. No existen mercados ni crisis comparables de manera directa. No obstante, la experiencia de atentados previos ha contribuido sin duda a la reacción registrada ahora en Londres.

El misterio de los mercados

La reacción de los mercados no sólo es vista como fría, sino también como contradictoria. Así, el precio del petróleo cayó ante la expectativa de una caída de la actividad económica de Londres y su demanda energética, cuando muchos esperaban lo contrario ante los niveles récord recientes.

En cambio la libra esterlina reaccionó de una manera "lógica" bajando frente a las pérdidas bursátiles, mientras que subieron los "valores de refugio" como el oro, el franco suizo y las bonos públicos. Pero aquí también faltó lógica a largo plazo. Un ataque de este tipo puede tocarle a cualquier país. Por lo tanto no hay motivo alguno para que una moneda en concreto pierda valor.

La lógica sí es aplicable al sector turístico y aeronáutico que podría sufrir una pérdida de demanda, mientras que las cotizaciones de las compañías de seguridad podrían verse empujadas al alza.

Galerie Anschläge in Madrid Zug Rettungsmannschaft
Los analistas comparan el impacto económico con el que tuvieron los atendados de Madrid.Imagen: AP

Los expertos ven por lo tanto una similitud con los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid: causaron sufrimiento e incertidumbre, pero no cambiaron al mundo, como el 11 de septiembre de 2001.

Escaso impacto real

El Reino Unido es la cuarta economía del mundo y Londres uno de los principales centros financieros del planeta. Parece claro que allí se resentirá la economía, tanto por una caída del consumo como por la menor llegada de turistas.

Pero al mismo tiempo los inversores reconocen que tarde o temprano contaban con un atentado. Es decir, el mercado absorbe parte del choque, sin que afecte realmente al crecimiento económico. Los datos económicos posteriores a los atentados en los EE.UU. sirven de ejemplo. Precisamente el último trimestre de 2001 fue el de mayor aumento de consumo en 15 años en ese país.

Asimismo los principales bancos centrales del mundo optaron por la cautela y no emprendieron ninguna alteración en sus políticas, reflejando su confianza en el mercado, a la vez que emitían una señal de tranquilidad y fe en que el impacto económico iba a ser limitado.

Perspectivas inciertas

A pesar de estas reacciones, hoy en día los mercados tienen una serie de puntos vulnerables. Los desequilibrios mundiales han aumentado ante el déficit de cuenta corriente estadounidense, superior al 6% de su Producto Interno Bruto. La coyuntura global depende en una medida demasiado grande de los consumidores anglosajones.

Entretanto la economía de la zona euro sigue con poco dinamismo, mientras que el elevado precio del petróleo es un lastre considerable. Al mismo tiempo, la fuerza de la economía China está provocando reacciones proteccionistas en ambas orillas del Atlántico, y muchos analistas temen por la estabilidad global.

Como demostró la antesala del G8, antes de que los atentados de Londres fomentasen una solidaridad que parece efímera, la capacidad de los líderes del mundo para realizar acciones conjuntas es limitada al grado de reflejar incluso antipatías personales. Las tensiones en torno a Irak, a la Constitución Europea y al régimen cambiario chino son sólo algunos elementos que ilustran este panorama. De cara al futuro, la economía mundial deberá afrontar las burbujas fruto de excesiva liquidez en los mercados de la construcción y la vivienda.

Así las cosas, la buena reacción de los mercados luego de los atentados de Londres bien podría ser muy distinta, si esta clase de ataques aumentan en frecuencia, algo para lo cual nadie parece tener respuesta. También aquí domina el pragmatismo de los mercados: las pérdidas siempre dependen de cuánto dure una amenaza y del tiempo que transcurra hasta conocer los daños causados por un atentado.