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Bolivia: Luis Arce y el problema de la sombra de Evo Morales

16 de noviembre de 2020

El nuevo presidente deberá enfrentarse al legado y también a la presencia del ex jefe de Estado. Analistas estiman que David Choquehuanca jugará un importante rol en este proceso.

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Evo Morales y Luis Arce.
Evo Morales y Luis Arce. Imagen: Julieta Ferrario/Zuma/imago images

La sucesión presidencial suele ser un asunto complejo. Basta con mirar cómo se ha llevado en Estados Unidos. Pero a las dificultades inherentes a este proceso político pueden sumarse otros factores, como el hecho de que el elegido en las urnas sea, a la vez, el elegido del mandatario saliente o del caudillo de turno. En Sudamérica hay varios ejemplos: Cristina Fernández escogió a Alberto Fernández como candidato en Argentina, Iván Duque tenía el apoyo irrestricto de Álvaro Uribe y Lenín Moreno llegó al poder como el "delfín” de Rafael Correa en Ecuador.

Algo similar ocurrió en Bolivia, donde el actual presidente, Luis Arce, fue puesto como candidato del Movimiento Al Socialismo (MAS) a instancias del exmandatario Evo Morales. Éste, tras su exilio en México y Argentina, retornó a su país en un baño de masas que no contó con la presencia de Arce. Se especula mucho sobre un distanciamiento entre ambos líderes y sobre una ruptura en el MAS, donde no se vería con buenos ojos el gabiente de perfil técnico escogido por el nuevo jefe de Estado.

"Arce está en un momento conflictivo porque el MAS es un campo de batalla”, dice a DW el analista Marco Montellano, editor de la plataforma Lambada y columnista del diario El Deber. El experto estima que el partido se ha ido fragmentando, pero asegura que Morales mantiene una enorme influencia en el aparato estatal. "No es que Evo haya soltado el poder así como así. Los presidentes de ambas cámaras legislativas son cercanos a él, hace poco nombraron Procurador General a su abogado personal… Morales tiene muchísimo poder. Lo que hay que ver ahora es hasta qué punto Arce va a gobernar o solo va a ser un superministro de Economía sentado en la presidencia”, opina.

Arce y su vicepresidente, David Choquehuanca.
Arce y su vicepresidente, David Choquehuanca.Imagen: Handout Bolivian Presidency/REUTERS

Evo, el árbitro

"Cada país tiene un contexto distinto. Yo tiendo a pensar que en Bolivia se va a generar una suerte de híbrido entre la realidad ecuatoriana y la argentina, pero con las peculiaridades locales. Y eso porque el MAS es peculiar y diferente; no es un partido tradicional, es una asociación política compuesta por un montón de organizaciones sociales”, explica a DW Marcelo Arequipa, politólogo y académico de la Universidad Católica Boliviana (UCB). Para el especialista, es evidente que Morales jugará un rol en el futuro político del país, porque "es el presidente del MAS y es un líder histórico, un personaje político contundente”. Sin embargo, descarta que se trate de un poder en las sombras.

"Eso forma parte de una mitología más que de una cosa concreta. Quienes viven a la sombra de Morales son los del bloque antimasista. Pensar que él tomará todas las decisiones y los demás son títeres es una mirada limitada de lo que significa la política y la dinámica de las organizaciones sociales en Bolivia”, dice Arequipa, que además es doctor en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Madrid.

"Yo creo que la figura importante es la de David Choquehuanca”, sostiene Montellano. "Arce es respetado, por supuesto, por su conocimiento técnico de economista, y a él se le atribuye el milagro económico boliviano. Pero Choquehuanca, que es un indigenista de cosmovisión aymara, es un conciliador que servirá de contrapeso al carácter de Morales", estima. Sin embargo, concede que "Evo sin duda es un factor determinante dentro del MAS y podría decirse que será el árbitro de la política boliviana al menos por los próximos cinco años”.

Evo Morales retornando a Bolivia, el pasado 9 de noviembre.
Evo Morales retornando a Bolivia, el pasado 9 de noviembre.Imagen: Gianni Bulacio/AP Photo/picture alliance

No habrá jubilación

En Bolivia, además, se da un nuevo escenario: el líder del principal partido no es el líder del país. Evo Morales tendrá su propio rol al frente del MAS, y Arce estará dedicado a las labores propias del Ejecutivo. "Ahora son dos cosas separadas, y el MAS también está en un proceso de reestructuración interna”, dice Arequipa, quien destaca que Arce conformó un gabinete técnico que ofrece otro matiz: sus miembros son personas preparadas, con estudios, "y no huelen a elitismo tradicional, sino que tienen una marcada identidad boliviana”.

Pese a esa separación, hay un hecho concreto que no puede pasarse por alto, dice Montellano: Morales tendrá un rol fundamental en la elección de los candidatos para las votaciones de marzo de 2021, cuando se elija a cerca de 4.000 autoridades. "Eso terminará de reconfigurar el poder en Bolivia”, estima el especialista. Y quien guiará la selección de los candidatos será Morales. "Sigue siendo el presidente del partido que históricamente es una máquina electoral y es muy probable que buena parte de las nuevas autoridades sean militantes del MAS”, asegura.

Con todo, ambos expertos consideran que Arce centrará su mandato en la economía, que es su fuerte, y posiblemente delegue los asuntos más políticos en las manos de Choquehuanca, que fue ministro de Exteriores de Evo Morales. "Creo que Arce estará en muchos sentidos entre la espada y la pared, pero el MAS va a cuidar su gobierno. Ahora queda ver hasta qué punto podrá gobernar, porque nunca fue un personaje muy político”, dice Montellano. Y agrega: "Lo que está claro es que Evo no se va a jubilar”.

(ers)