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Blair: "redecoración en el Titanic"

José Ospina Valencia5 de mayo de 2006

Tras la debacle de las elecciones comunales, Tony Blair emprende el enésimo intento de salvarse cambiando piezas. Una acción vista por la oposición como simple "movida de tumbonas en un crucero en naufragio".

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Tony Blair: ¿el comienzo del fin?Imagen: AP


En las elecciones comunales de este 4 de mayo, el primer ministro británico, Tony Blair, sufrió la mayor derrota política de su mandato. Según Blair, ninguna razón para dimitir o convocar a nuevas elecciones. Bastaría con hacer unos cambios de fachada. Y, como a menudo sucede, el gabinete es el culpable. Hora de hacer cambios.

El principal reemplazo tuvo lugar en la cartera británica de Exteriores, en donde la carismática ministra de Medio Ambiente, Margaret Beckett, reemplaza a Jack Straw. Becket, aunque con poca experiencia en el campo, es la primera mujer a la cabeza del ministerio británico de Relaciones Exteriores.

De británicos, dinero, nobles, sexo y drogas

Pero el ministro de Interiores, Charles Clarke, también tuvo que irse. A Clarke se le acusa de "debilucho" por haber permitido que más mil inmigrantes condenados hubieran sido liberados y no extraditados, como lo pedían diferentes sectores.

Los escándalos de miembros del gabinete han acompañado a Blair durante todo su mandato. Los últimos hablaban de relaciones extramatrimoniales de un ministro con su secretaria y del descubrimiento de marihuana en el apartamento de otro.

La erosión del partido de Tony Blair es inocultable. Según últimos resultados de las elecciones comunales sostenidas este 4 de mayo, el Partido Laborista perdió, por lo menos, 249 mandatos, ubicándose en un tercer lugar. Los conservadores alcanzaron el 40% de los votos representados en 251 sillas más.

En la misma Londres, los laboristas perdieron incluso en distritos en donde habían gobernado por 35 años consecutivos. Los liberales, la tradicional "tercera fuerza", ganaron, por su parte, 18 escaños más; el 27 por ciento.

Pero las pérdidas para el Partido Laborista británico eran, tras meses de escándalos y errores, una derrota anunciada. Al gobierno de Blair se le acusa incluso de vender títulos de nobleza a cambio de millonarias donaciones para su partido.

El insular ave fénix

En vista de la debacle, el politólogo alemán Klaus Larres, del London School of Economics, considera a Tony Blair "fuertemente golpeado", en entrevista concedida a la radiodifusora Deutschlandfunk. No descartando empero, que el animal político Blair pueda recuperarse por enésima vez. Larres se atreve a afirmar que Tony Blair podría salir del embrollo "sólo con un moretón", si se tiene en cuenta que en 2004 obtuvo similares pérdidas.

Los próximos meses serán pues, definitivos para el futuro político del listísimo Tony que ha sabido ahora sorprender con dos nuevas jugadas. Una es el nombramiento de Margaret Becket frente al ministerio de Exteriores, una mujer de reconocido respeto. El otro as se lo apuntó Blair dividiendo las competencias de los asuntos de la Foreign Office. Becket tendrá que ceder a Geoff Hoon, antiguo ministro de Defensa, los asuntos de la Unión Europea.

Europa: la nueva tabla salvavidas

Toda apunta entonces a que Blair buscará recuperar terreno en Europa para contrarrestar la impresión de ser el "perrito faldero de Bush". Inédito es, por lo menos, el nombramiento de un ministro para asuntos de la Unión Europea. En Alemania, por lo demás, tampoco ha existido una cartera similar que le conceda a Bruselas el peso que debe tener. Más atención a Europa y menos a Bush es, al parecer, la nueva máxima de Blair.

En tiempos en que por el presidente Bush no se apuestan 3 peniques, buena es "la vieja Europa" como bote salvavidas. Un bote, sin embargo, nunca ha detenido el hundimiento de un buque. Así que una interrogante sigue vigente: ¿Salvará Europa a Tony Blair y su tripulación?