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Birmania: el desafío de los monjes

DW-WORLD24 de septiembre de 2007

Ante las crecientes protestas contra la dictadura militar de Birmania, la prensa europea se pregunta cómo reaccionará el régimen y hace notar que la situación ha cambiado desde la sangrienta represión de hace 2 décadas.

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Ignorando la lluvia, los monjes marchan contra la dictadura.Imagen: AP

Neue Zürcher Zeitung, de Zurich: “Los monjes budistas pueden poner al gobierno militar de Birmania en mayores aprietos que los políticos. (...) El régimen está en una encrucijada, parece paralizado y contempla desvalido cómo la ola de protesta va creciendo. La situación de la junta militar es compleja. Cabe dudar que absteniéndose de actuar consiga que la protesta de los monjes pierda fuerza y amaine. Aparte de los militares, los monjes son los únicos que disponen en Birmania de una estructura y una organización operativa a nivel nacional. Y cada vez más laicos se suman a la protesta. En un comienzo, los monjes habían desaconsejado a la población marchar a su lado. Sin embargo, entretanto hay exhortaciones de círculos religiosos a apoyar la protesta contra la dictadura militar. El régimen guarda silencio y no está claro qué planes fragua.”

¿Divergencias en la cúpula?

La Repubblica, de Roma: “La crisis latente desde hace años se había agudizado ya en el curso del verano, después de que la junta militar elevara los precios de la gasolina. (...) Hasta ahora los militares no han asumido una actitud brutal y represiva como ocurrió en el pasado. Las fuerzas armadas se han limitado a escoltar a los manifestantes, mientras hombres de civil se mezclan con los monjes. ¿Cómo explicar esta actitud totalmente inusual? ¿No estaba preparada la junta militar para algo así? ¿Quiere evitar atizar el fuego? ¿O existen divergencias en la cúpula?”

Contexto internacional

Le Soir, de Bruselas: “¿Dónde desembocará esta sublevación? Algunos recuerdan el fantasma de la masacre de 1988, cuando el ejército disparó contra la multitud, incluyendo a los monjes, después de haber permitido que las manifestaciones se desarrollaran durante semanas. (...) Sin embargo, el contexto internacional es ahora diferente. Incluso China, fiel aliado de Birmania, ha expresado impaciencia ante la obcecada actitud de los generales. El empleo de la violencia podría acabar con el poco respaldo internacional con que aún cuenta Birmania.”

La influencia china

Die Presse, de Viena: “Quizás esta semana pueda verse si el régimen reaccionará, como antes, con violenta brutalidad. (...) Hace poco todavía, Pekín hizo fracasar en la ONU una resolución de condena contra la junta militar de Birmania. Pero China haría bien en inducir a sus caprichosos amigos de Rangún a retirarse poco a poco. Con ellos ya no se puede sostener un Estado y Pekín lo sabe. Sea como fuere, China debe de todos modos impedirles que repriman las protestas. Eso no daría una buena imagen faltando poco para los juegos olímpicos de Pekín.”