Berlusconi y la gramática del respeto

El diario suizo Tages-Anzeiger escribe: "El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, calificó ayer a medio pueblo italiano de 'coglioni'. […] 'Coglioni' es un grave insulto, uno de los peores que hay en italiano, es algo así como llamar a alguien 'cabrón'. […] Berlusconi se refirió a todos los italianos que se muestran dispuestos a votar por la Izquierda el próximo fin de semana. Insulta a todos aquellos que prefieren otra política, otro estilo, otra cultura y otra visión del mundo, diferenta a la de Berlusconi. […] Existen límites de lo exigible, hasta en las batallas durante una campaña electoral. Berlusconi las traspasó."

Gramática del respeto

El diario italiano La Repubblica opina: "Algunos recuerdan todavía ese 'permítanme' de Silvio Berlusconi. Esa expresión tenía gracia y mostraba el principio de una buena educación. En el camino desde el 'permítanme' del año 1994 a los 'cabrones' de ayer se revela todo el carácter aventurero, no sólo en el campo lexicológico, del berlusconismo. El primer ministro no pudo resistir, y esto le pasa a menudo últimamente. Esta transformación demuestra que el primer ministro ya perdió lo que es lo más importante en la política: la gramática del respeto."

Prodi, el soso

El periódico británico The Guardian apunta: "Prodi es tan soso como sólo puede serlo un profesor de economía. Pero el anterior jefe de la Comisión Europea no tiene un partido propio. Logra mantener en pie una frágil alianza de 13 grupos políticos que abarca un abanico amplio entre católicos y comunistas. Prodi tiene algunas buenas ideas. […] Además retirará pronto a los soldados italianos de Irak. […] Italia perdería algo de su colorido sin un Berlusconi liderando el país. Pero Prodi significaría una mejora significativa. Europa mejoraría.

Italia se merece algo mejor

El diario austriaco Die Presse escribe: "En esta campaña electoral no dominan ni las ideologías ni los conceptos. Todo se centra en el personaje Silvio Berlusconi. La oposición ha convertido estas elecciones en un referendo sobre el magnate de los medios y el propio Berlusconi en un espectáculo sobre su persona. […] En vista de la situación desastrosa en la que se encuentra el país los italianos se merecen algo mejor. Necesitan políticos, sean de izquierda o derecha, que hablen y discutan sobre programas concretos. Italia necesita ahora ideas y recetas. Ya no hay espacio para un espectáculo político."