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BCE en "modo de espera" pese a la escalada de la crisis

6 de junio de 2012
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Ni rebaja de tipos ni inyecciones de liquidez: el Banco Central Europeo (BCE) mantuvo las líneas básicas de su política monetaria pese a la sed de los mercados por nuevas medidas contra la vertiginosa escalada de la crisis.

En uno de los entornos más tensos desde el estallido de la crisis, la sesión del Consejo de Gobierno del BCE en Fráncfort resolvió mantener por sexto mes consecutivo la principal tasa de interés de la zona euro en un 1,0 por ciento, su mínimo histórico.

La decisión se tomó "por un amplio consenso" pero no por unanimidad, admitió el presidente del BCE, Mario Draghi. El italiano justificó la prudencia de la entidad por los "datos contradictorios" con señales negativas y positivas de la economía del euro.

"La principal amenaza proviene de un crecimiento menor de lo esperado", reconoció el italiano. "Somos totalmente conscientes de que los nuevos datos apuntan a una caída. Seguiremos vigilando de cerca los acontecimientos y estaremos dispuestos actuar".

Con Europa analizando un rescate a la banca española, el gobierno de Mariano Rajoy admitiendo abiertamente sus dificultades de financiación, Grecia amenazada por la salida del euro y la industria alemana reflejando los coletazos de la crisis, habían aumentado las expectativas sobre las decisiones del BCE.

Pero la entidad ni siquiera dejó entrever una nueva rebaja de tipos el mes próximo, como esperaba la mayoría de los analistas. Tampoco abrió el grifo de la liquidez con nuevos créditos a largo plazo y tipos bajos (los llamados LTRO).

"El BCE abrió ligeramente la puerta a una posible rebaja de tipos, pero sigue siendo incierto cómo seguirá actuando", analizó el economista Holger Schmieding, del Berenberg Bank.

La única novedad aportada por el BCE fue prolongar hasta principios de 2013 el programa que garantiza liquidez ilimitada a un tipo fijo para los bancos de la zona euro. Draghi aclaró que el plan se extenderá tanto como sea necesario.

Que los bancos comerciales puedan recibir liquidez del BCE de forma ilimitada es un procedimiento excepcional y "de naturaleza transitoria", aclaró el italiano. En situaciones normales, el BCE subasta los fondos para los bancos.

La quietud del BCE decepcionó en las principales plazas del continente, que tras las palabras de Draghi perdieron parte de las ganancias con las que habían abierto la jornada impulsadas por los rumores de que la UE estudia un rescate a la banca española.

Preguntado sobre la posibilidad de que España se acoja al fondo de rescate europeo, Draghi se limitó a insistir en que ese paso "es su propia decisión" y en que no es tarea del BCE "animar a los gobiernos a hacer algo".

El italiano sí sostuvo que cualquier decisión sobre el Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF) "debe basarse en estimaciones realistas de las necesidades de recapitalización de los bancos y del dinero que tiene el gobierno sin necesidad de un apoyo exterior".

Draghi anunció también las perspectivas de crecimiento e inflación en la zona euro. El BCE espera que la zona euro atraviese una ligera recesión y se contraiga este año un 0,1 por ciento, el mismo pronóstico que había anunciado en marzo. Los analistas contaban con una revisión a la baja de los pronósticos.

Para 2013, el BCE prevé un crecimiento del 1,0 por ciento, una décima menos de lo anunciado en marzo.

El banco confirmó también sus perspectivas para la inflación: un 2,4 por ciento en 2012 y un 1,6 por ciento para 2013. El enfriamiento de la coyuntura ha disminuido los riesgos de un mayor encarecimiento de precios (dpa).