Ataques con ácido: historias de sobrevivientes
En distintos países del mundo, los ataques con ácido son una más de las formas de ejercer violencia contra la mujer. Un delito que, al menos en Colombia, recibirá ahora sanciones más duras.
La vida cambia en un minuto
Los ataques con ácido son una forma premeditada de violencia que afecta principalmente a mujeres. La mayoría no muere, sino que queda desfigurada por las quemaduras, a veces ciega o mutilada. El agresor infringe así un daño que acompaña de por vida, con severas secuelas físicas y sicológicas. La colombiana Nubia Espitia fue atacada por desconocidos en plena calle en 2008.
Ley Natalia Ponce de León
Unos mil ataques con ácido se han registrado en la última década en Colombia. El de Natalia causó conmoción, por la gravedad de las lesiones. A través de su Fundación, la joven ha dado una batalla incansable por endurecer las penas. Esta semana, el Congreso finalmente aprobó la ley que tipifica el delito de ataque con ácido y fija condenas de hasta 50 años de cárcel y elevadas multas.
Esperanza de nueva vida
Cuando era un bebé de seis semanas, Durjoy, de Bangladesh, fue rociado por una tía que temía perder una herencia a causa del niño. Con la ayuda de voluntarios de Acid Survivors Trust International (ASTI) está saliendo adelante. Esta organización apoya a las víctimas e impulsa medidas para evitar nuevos casos, especialmente en India, Pakistan, Uganda, Nepal, Bangladesh y Colombia.
Sueños de sobrevivientes
El proyecto “Invisible” de la fotógrafa alemana Ann-Christine Woehrl, retrata a mujeres víctimas del ácido en diferentes países y cómo están rehaciendo sus vidas. Makima, de la India, fue atacada por la madre de su vecino, por haber rechazado la propuesta de matrimonio de éste. Su sueño es convertirse en policía y luchar por que haya más justicia.
Violencia dentro del hogar
Farida vive en Bangladesh. Hace más de 15 años quiso dejar a su marido, drogadicto y jugador, quien había perdido tanto dinero que tuvo que vender la casa. Mientras Farida dormía, él le echó ácido encima y cerró la puerta con llave. Los vecinos llegaron alertados por los gritos. Estuvo seis meses en el hospital. Gracias a Acid Survivors Foundation de Bangladesh ha podido rehabilitarse.
Redescubrir la belleza
Por apoyar a su hermano en su decisión de no aceptar un matrimonio arreglado, Nusrat, de Pakistán, fue atacada por su marido y su cuñado hace seis años. Del ataque recuerda que sus ropas se destruyeron y su cuerpo cayó como consumido por el fuego. Gracias al apoyo de una organización local se capacitó para trabajar en un salón de belleza.
Necesidad de justicia y reparación
Sidra, de Pakistán, quedó casi ciega por el ataque que sufrió en 2011. Estaba alojando donde una amiga y en medio de la noche el hermano de ésta trató de molestarla. La madre lo instó a arrojarle ácido para evitar que Sidra causara un escándalo. Aunque el agresor recibió un condena de 25 años de cárcel, lo habitual es que las penas sean bajas o que el criminal incluso nunca enfrente la justicia.
No más miedo
Flavia tiene 25 años y fue atacada hace seis, al regresar a casa una noche. No vio a su agresor y hasta hoy no sabe quién fue. Como otras sobrevivientes, tuvo una fuerte depresión. Pasó mucho tiempo sin querer salir de casa y con mucho miedo. Con el tiempo ha aprendido a aceptarse, tener confianza en sí misma y mostrar todo lo que puede. Con sus mejores amigas, vuelve a reír.