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Ataque del 7 de octubre: el último DJ del Festival Supernova

Sarah Judith Hofmann
7 de octubre de 2024

En la madrugada del 7 de octubre de 2023, desde su tarima de DJ, Yarin Ilovich observaba a la multitud bailar en el Festival Supernova. Un año después, recuerda el momento en que paró bruscamente la música.

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Yarin Ilovich en el Festival Supernova.
DJ Artifex en el Festival Supernova, el 7 de octubre de 2023, poco antes de que comenzara el ataque terrorista de Hamás contra Israel.Imagen: artifex_music

Yarin Ilovich ha viajado mucho por todo el mundo en los últimos meses. En septiembre estuvo en Estados Unidos, en agosto actuó en Brasil y, poco después, voló a Berlín. Además, acaba de lanzar un nuevo tema: "Cyber Fever" celebra un "mundo mágico", como anuncia una voz computarizada. Más colorido, más hermoso, más alegre que la realidad.

Cuando Artifex —el nombre artístico de Yarin Ilovich— actúa como DJ, baila en el escenario, enciende al público y salta al ritmo de su música. Si no supiéramos lo que vivió hace un año, estas escenas de fiesta no nos darían ninguna pista.

Pero sus ojos vieron cosas que un ser humano apenas puede procesar. Yarin Ilovich es un sobreviviente del atentado terrorista contra el festival de música Supernova, en Israel, el 7 de octubre de 2023. Es el último DJ que se presentó allí. El que puso a bailar a la multitud en la mañana del atentado de Hamás, y luego tuvo que parar la música abruptamente.

Cuando nos encontramos con Ilovich en Berlín, parece nervioso. Sólo ha concedido unas pocas entrevistas hasta ahora, dice, y sólo en Israel. Pero espera que hablar en inglés le ayude a tomar distancia. A relatar lo que ocurrió aquel 7 de octubre, sin tener que revivir el día en todos sus atroces detalles.

Alemania | Yarin Ilovich en Berlín.
Yarin Ilovich en Berlín: no quiere presentarse como víctima, sino ser quien ayuda a otros sobrevivientes.Imagen: Sarah Hofmann/DW

Un mundo mágico, a cinco kilómetros de Gaza

"Estaba aún oscuro" cuando empezó a pinchar música, recuerda. Eran las 5:35. Para él, la hora perfecta. Porque poco después comenzó a amanecer, minuto a minuto se iba aclarando el cielo. "Es un momento especial en una fiesta psytrance", dice Ilovich.

Psytrance alude a un "trance psicodélico", con una música bailable de ritmo rápido y sonidos esféricos. "Ese paso de la oscuridad a la claridad tiene algo misterioso. La gente se ve realmente entre sí por primera vez. Uno reconoce las sonrisas en las caras de los que están en la pista de baile. Se genera una energía especial, es un momento de plenitud".

Más de tres mil personas celebraban esa madrugada del 7 de octubre, en medio de un paisaje desértico. Una colorida carpa se extendía sobre la pista de baile, el lugar estaba decorado artísticamente, muchos de los presentes llevaban maquillajes y adornos llamativos, no pocos consumían drogas para expandir su conciencia.

El recinto del festival semejaba un mundo mágico. Una realidad alternativa, ya entonces. El lugar está a solo cinco kilómetros de la cerca fronteriza de la Franja de Gaza.

Yarin Ilovich no se percató de los primeros cohetes lanzados desde Gaza contra Israel unos minutos antes de las seis y media. Tampoco reaccionó cuando algunos asistentes a la fiesta descubrieron paracaidistas volando hacia ellos desde Gaza. Se concentró únicamente en la música, en el ritmo adecuado: "Como DJ, estás lleno de adrenalina, lo único que sientes es al público bailando al ritmo de tu música".

Yarin Ilovich en el set del Festival Supernova.
DJ Ilovich en el set del Festival Supernova el 7 de octubre de 2023.Imagen: artifex_music

"¡Alerta roja!": 6.29 a. m.

Entonces uno de los productores del festival se le acercó por detrás y le dijo al oído: "¡Apaga la música!"

"Le pregunté: ¿apagar la música? Y me dijo: 'sí, apaga la música. Tenemos alerta roja'".

Eran las 6.29 a. m. Artifex apagó la música. Hubo silencio. Y el público abucheó. "¡Alerta roja, alerta roja!", gritó el productor en dirección a la pista de baile. La escena quedó grabada en video.

Ilovich recuerda que, aunque en el desierto prácticamente no había refugio, al comienzo no cundió el pánico. Todo el mundo en Israel ha experimentado antes alarmas de cohetes. Pero entonces volaron cientos de cohetes.

Tras bambalinas, se ocupó de una amiga alemana que, a diferencia de la mayoría de los israelíes, ya estaba sufriendo un ataque de pánico en ese momento. La ayudó a ella y a otros que querían marcharse en coche. Pero él se quedó en el recinto del festival, incluso cuando los amigos le llamaron y le dijeron que les estaban disparando por el camino. "Pensé: aquí hay gente de seguridad. Me sentía seguro".

Alrededor de las siete de la mañana, terroristas de Hamás y otros grupos militantes islamistas llegaron al recinto del festival Supernova. Ilovich, al igual que muchos otros, intentó buscar refugio en los autos, pero en ese momento ya había caos en el estacionamiento. Los autos se agolpaban a la salida y las vías de acceso estaban bloqueadas. Hubo disparos muy cerca.

Cientos de personas corrieron al campo vecino, entre ellas, también Ilovich y algunos amigos. "Nos disparaban, la gente recibía golpes y se quedaba en el suelo, algunos se caían por miedo, otros porque estaban borrachos", recuerda. Una amiga que corría con él para salvar su vida empezó a vomitar. Él la arrastró y la conminó a no mirar hacia atrás.

Ese 7 de octubre, combatientes militantes islamistas de la Franja de Gaza mataron a más de 360 visitantes del Festival Supernova, se llevaron a 44 como rehenes a la Franja de Gaza, muchos resultaron heridos. En total, cerca de 1.200 personas fueron asesinadas en los ataques de Hamás contra Israel y 251 fueron secuestradas y llevadas como rehenes a Gaza.

Fotografías de los 360 asistentes al Festival Supernova que fueron asesinados por Hamás.
Conmemoración de las víctimas del terrorismo en el recinto del Festival Supernova, en noviembre de 2023, después del ataque de Hamás: 360 asistentes al festival fueron asesinados.Imagen: Spencer Platt/Getty Images

Yarin Ilovich consiguió llegar con unos amigos al cercano kibutz Re'im, donde unos pocos policías intentaron repeler a los atacantes. Esperó durante horas, escondido debajo de una patrulla policial. Escuchó por la radio de la Policía cómo mataban a la gente por todas partes, cómo los policías suplicaban por su vida. Y escuchó, reiteradamente, un llamado desesperado: "¿Dónde está el Ejército?".

"Eso era lo peor", cuenta del sonido del walkie-talkie. "Se oía: 'Nos están matando'". Pero los policías lograron llevar a Ilovich y otros a Ofakim; un trayecto de 15 minutos.

"Era apocalíptico", dice, al recordar el camino. "En todas partes había autos quemados y cadáveres en la calle, en derredor había solo desierto y cuerpos sin vida". Pero en Ofakim reinaba también un estado de guerra. Solo en la mañana del 8 de octubre, él y tres de sus amigos estuvieron seguros.

"Volveremos a bailar" —"We will dance again"

En los primeros meses tras el ataque, Ilovich fue a sesiones de psicoterapia todas las semanas. Pero la mejor terapia para él es la música. La música es su "espacio seguro". El lugar donde se siente a salvo y feliz. Aún hoy.

"We will dance again" —"Volveremos a bailar"— es el lema formulado por los sobrevivientes de la masacre. Es un acto de desafío, de resistencia, que probablemente quiere decir: No seremos derrotados. No permitiremos que nos arrebaten nuestra creencia en un mundo mágico y diferente. Pero, por supuesto, no todos lo consiguen.

En las semanas y meses posteriores al 7 de octubre de 2023, se documentaron numerosos informes de violencia sexual, violaciones y otras atrocidades cometidas durante el ataque terrorista contra el Festival Supernova. Los sobrevivientes informan de graves depresiones y de que ya no pueden hacer frente a sus vidas. Terapeutas israelíes reportan varios suicidios.

DJ Artifex ha puesto música reiteradamente en las pasadas semanas para la "Tribe of Nova". Así es como se autodenomina desde hace años la comunidad de aficionados a la fiesta Supernova. Se han convertido ahora en una comunidad de sobrevivientes que, desde el 7 de octubre de 2023, se reúne regularmente para procesar el duelo, para conversar, para sanar juntos el cuerpo y el alma mediante meditaciones, yoga y música.

Coches de los visitantes del festival, apilados a ambos brdes de la calle, en el camino hacia el recinto del festival, el 7 de octubre de 2023.
Coches de los visitantes del festival en el camino hacia el recinto del festival, el 7 de octubre de 2023: "Fue apocalíptico".Imagen: SOUTH FIRST RESPONDERS / AFP

"Cerrar el capítulo" con la misma música

Esas sesiones atraen a Ilovich, que se ha mantenido deliberadamente al margen de la mayoría de las manifestaciones contra el Gobierno israelí, aunque deja claro que lo tiene en baja estima. Apenas ve noticias sobre la guerra en Gaza, ni sobre los rehenes que aún están en poder de Hamás. 

Yarin Ilovich no quiere presentarse como una víctima traumatizada, quebrada. Dice ser un hombre positivo, que cree en tiempos mejores. Quiere ser alguien que ayuda a los demás. Alguien que da a los supervivientes del festival la posibilidad de procesar lo vivido.

DJ Artifex no pincha simplemente música psytrance para la comunidad Nova. Toca repetidamente la misma lista que interrumpió a las 6.29 de la mañana del 7 de octubre de 2023. "Para mucha gente, es importante oirme terminar y no interrumpir a la mitad. Me dicen que, si pueden oírme sin el ruido de los cohetes, pueden cerrar el capítulo". Así que él pincha la música hasta el final, tal y como debería haber terminado, en una realidad diferente.

(ers/rml)