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Arquitectura sustentable - Bioconstrucción en Uruguay

27 de agosto de 2022

La arquitectura sustentable es un enfoque ecológico en la construcción de espacios habitables que intenta limitar el impacto humano sobre el medioambiente. El rubro de la bioconstrucción, además, supone la autoproducción de materiales y con ello la reducción de costos. En Uruguay cada vez más personas optan por esta forma alternativa de viviendas y cada vez más arquitectos acompañan los procesos.

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También conocida como "arquitectura verde”, la arquitectura sustentable tiene como objetivo desarrollar una construcción inteligente y eficiente, que busca proteger el planeta al mitigar el impacto humano sobre el medioambiente. El concepto de sustentabilidad atraviesa todo el proceso creativo: desde el diseño y la elección de materiales, pasando en muchos casos por la autofabricación de los mismos, hasta la implementación de sistemas de reciclaje, calefacción y refrigeración, ventilación, fontanería y residuos, integrando la obra a las condiciones del contexto inmediato. La meta final es satisfacer las necesidades habitacionales actuales sin comprometer las de las generaciones futuras. En Uruguay, este tipo de construcción alternativa cuenta ya con una cátedra en la Universidad del Trabajo, una escuela superior de oficios, donde los alumnos aprenden a producir sus propios materiales. Además, diversos estudios de arquitectura se han especializado en este rubro, por ejemplo, aplicando el estándar "Passihaus” de eficiencia energética con recursos renovables. También agrupaciones civiles se han volcado a la llamada "bioconstrucción” con materiales autóctonos y técnicas que suponen además una perspectiva social comunitaria. Uno de los pilares sobre los que se basa la arquitectura sustentable es la optimización al máximo del uso de energías durante todo el proceso y ciclo de vida de la edificación. Mediante el análisis del ecosistema, se busca también integrar la edificación al entorno para aprovechar los recursos naturales, como la luz, el agua, el viento o el suelo, en forma amigable. De este modo es posible generar, por ejemplo, sistemas de ventilación, refrigeración y calefacción que no dependen de energías no renovables ni dañan el entorno. Otro pilar es el uso de materiales constructivos sustentables, es decir, de aquellos que en su fabricación toman en cuenta el ciclo de vida y el uso de los elementos que lo conforman. En la llamada bioconstrucción, uno de los materiales más utilizado es el adobe, o sea ladrillos de barro y paja, que a su vez suponen una forma colaborativa de fabricación. Este es un aspecto distintivo, puesto que la gran mayoría de los materiales que se usan en la arquitectura convencional producen grandes cantidades de gases y desperdicios que contribuyen en exceso al efecto invernadero, dañan la capa de ozono y contaminan seriamente el suelo y, por tanto, los ecosistemas. Las viviendas hechas con tierra permiten ahorrar energía y constituyen un aporte a la mitigación al cambio climático. También es posible generar dentro de ellas un ambiente agradable, aislado de temperaturas extremas y de la humedad. Pero, sobre todo, permiten la autoconstrucción y autoproducción de sus componentes, lo que las vuelve más económicas. Incluyendo mano de obra, y asesoramiento de arquitectos y técnicos, una casa de tierra cuesta en Uruguay la mitad que una casa de hormigón y ladrillos de arcilla cocidos. En la arquitectura sustentable, el reciclaje es una de las prácticas que fundamentan el concepto de la reutilización y la recuperación de materiales, espacios y, en algunos casos, edificios completos. Esto evita la demanda de materiales nuevos a producir y reduce el impacto ambiental, los recursos como el agua y la energía se reciclan a través de sistemas inteligentes incorporados desde el diseño. Además, se reduce la necesidad de transporte. Las ventajas de la arquitectura sustentable inciden pues directamente en una cuestión vital como el cuidado del medioambiente. Pero los beneficios también alcanzan a muchos otros ámbitos, como el económico y productivos. Lejos de ser una filosofía "hippie”, como suele creerse, la arquitectura verde también se expande como una alternativa en ciudades y balnearios del país. Uruguay se ha perfilado ya como un pionero y un ejemplo en este tipo de construcción en toda la región.