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Armenia se vuelve verde

Claudia Laszczak
3 de septiembre de 2019

Armenia no se ha recuperado económicamente del colapso de la Unión Soviética. Un tercio de la población se ha ido desde 1991. Las preocupaciones ambientales habían ocupado un lugar secundario en la agenda, hasta ahora.

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"Apricots in Armenia" für Global Ideas
Imagen: DW/Claudia Laszczak

Armenia: las dificultades para una economía verde

Objetivo del proyecto: ayudar a las pequeñas y medianas empresas armenias a que su producción sea más respetuosa con el medio ambiente, mejorando la eficiencia energética y de recursos, la gestión de residuos y disminuyendo el uso de productos químicos.

Implementación del proyecto: a través del proyecto de Eficiencia de los Recursos y Producción más Limpia (RECP, por sus siglas en inglés)

Presupuesto: financiado, entre otros, por la Unión Europea y la Iniciativa Internacional para la Protección del Clima (IKI, por sus siglas en alemán) del Ministerio Federal de Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza, Construcción y Seguridad Nuclear (BMUB, por sus siglas en alemán) de Alemania en el marco del proyecto "Mejora de las condiciones marco y de las capacidades para realizar inversiones ecológicas y relevantes para el clima en Europa del Este, el Cáucaso y Asia Central”.

Organizaciones asociadas: Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas (CEPE), Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI).

Ubicación: Armenia.

Duración: 2014 - 2020.


A los armenios les encantan sus albaricoques. La fruta dorada forma parte de muchos platos tradicionales. Su color incluso adorna la bandera nacional. Pero su producción no siempre es sostenible y daña las frágiles tierras agrícolas del país. La fruta suele secarse utilizando azufre contaminante, pero algunas empresas están descubriendo los beneficios de incorporar procesos más sostenibles que emplean vapor. Como consecuencia, las ventas de su frutas orgánicas secas se disparan.

Hasta ahora, las empresas armenias apenas han tenido en cuenta la protección del medio ambiente. En la actualidad, el proyecto de Eficiencia de los Recursos y Producción más Limpia (RECP, por sus siglas en inglés) está ayudando a las pequeñas y medianas empresas, como agricultores, panaderos y fábricas, a ahorrar energía y producir de una manera más respetuosa con el medio ambiente.

La economía de Armenia nunca se ha recuperado realmente del colapso de la Unión Soviética. Un millón de armenios (alrededor de un tercio de la población total) han abandonado el país desde 1991. Incluso hoy en día, los jóvenes emigran en masa en busca de mejores oportunidades. El proyecto tiene por objetivo impulsar la economía local, crear puestos de trabajo y, por lo tanto, animar a los armenios a permanecer en el país.

Un videorreportaje de Claudia Laszczak

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