1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Arena en el engranaje turco

28 de febrero de 2003

La negativa del gobierno alemán a brindar ayuda militar adicional a Turquía desató críticas en la oposición, mientras el parlamento turco pospuso la votación sobre el emplazamiento de tropas de EE.UU. en su territorio.

https://p.dw.com/p/3J8o
Parlamento turco pospone su decisión para el sábado.Imagen: AP

Los pedidos de ayuda militar de Turquía, para su defensa en caso de que estalle la guerra contra Irak, siguen provocando fricciones en el interior de la OTAN. Tras superarse el impasse causado por los vetos que retrasaron el inicio de los planes de asistencia al socio sur-oriental, todo parecía marchar sin contratiempos. Los cohetes antimisiles Patriot y los aviones de esclarecimiento (AWACS) solicitados ya están en camino, según lo exigían los compromisos de la Alianza Atlántica. Sin embargo, un nuevo pedido de ayuda militar en el seno de la OTAN ha vuelto a encender la discusión en Alemania.

"Alemania ya cumplió"

En concreto se solicitan para Turquía más cohetes Patriot y material para hacer frente a eventuales ataques con armas químicas o bacteriológicas. Pero Berlín considera que ya ha cumplido su parte. Así lo subrayó el ministro de Defensa, Peter Struck, negando que Alemania sea el único país que dispone de suficientes misiles y sistemas del tipo requerido como para ponerlos a disposición de los turcos.

Sea como fuere, la oposición conservadora ha puesto el grito en el cielo. El vicepresidente de la bancada de la Unión Cristianodemócrata- Cristianosocial, Wolfgang Schäuble, habló de "una de las decisiones más devastadoras para la paz y la seguridad de Alemania", según el periódico berlinés Die Welt. Según el político opositor, si el gobierno niega respaldo a un miembro de la OTAN sin motivos suficientes, "pone en peligro la protección que brinda la Alianza para nuestra propia seguridad".

Demoras en Ankara

Mientras algunos temen que el asunto pueda provocar un nuevo conflicto en la organización militar occidental, los problemas de Estados Unidos con Turquía tienen otro cariz. Si bien los gobiernos de ambos países ya llegaron a un acuerdo sobre el emplazamiento de más de 60 mil soldados estadounidenses en territorio turco, es el parlamento de Ankara el que tiene la última palabra. Y aún no la pronuncia. La votación fue aplazada para el sábado, poniendo de manifiesto que aún no se han superado los resquemores.

El retraso de seguro crispa los nervios de Washington, que ha venido presionando por la luz verde que necesita para establecer bases desde las cuales lanzar una ofensiva por el flanco norte de Irak. Turquía ya había supeditado su respaldo a exigentes condiciones económicas. Pero sus intereses no sólo se refieren a los aspectos financieros: está en juego el problema curdo. De hecho, Ankara teme que los curdos iraquíes aprovechen la ocasión que brindaría la guerra para proclamar su propio Estado, alentando además los afanes independentistas de ese pueblo en el sur de Turquía. Los curdos, por su parte, temen que una arremetida turca en el norte iraquí sea utilizada también en su contra. En consecuencia, no es necesario hilar muy fino para comprender cuán candente puede ser la discusión que por lo visto está trabando las ruedas del engranaje turco. Y esto trasciende con mucho el problema relativo a la ayuda defensiva que pueda brindar la OTAN.