Ana Moura, una nueva estrella en el firmamento del fado
14 de enero de 2009El dolor por los malos momentos de la vida en forma de canto. Eso es el fado, la expresión más conocida internacionalmente de la música portuguesa. Claro, que quien mejor para definirlo que la considerada como mejor exponente de este género musical, Amália Rodrígues: "Amor, celos, ceniza y fuego, dolor y pecado. Todo esto existe. Todo esto es triste. Todo esto es fado".
De lloro infantil lo califican sus detractores, que también los hay. Sus acérrimos seguidores, en cambio, consideran el fado la melodía que identifica a una nación entera. Y debe haber más partidarios que detractores, porque lo cierto es que el fado vive una especie de segunda juventud, con una generación de nuevas cantantes que han sacado brillo al género portugués por excelencia.
Ana Moura, savia nueva para el fado
Una de ellas es Ana Moura, actualmente de gira por Alemania. "Me acuerdo de haber cantado mi primer fado con 6 años", dice. Un inicio muy temprano y un interés por la música que a punto estuvo de llevarla por los caminos del rock. De hecho, explica que tenía su propia banda y que casi sacó un disco al mercado. Sin embargo, fue hablar con el productor de la discográfica y éste le pregunto: "Dime, ¿tu cantas también fado?"
Tal fue el interés, que Moura tuvo que cantar. "Quiero que interpretes el rock con tanta dedicación y sentimiento", le dijo. La cantante portuguesa lo tiene claro, aquel productor se había dado cuenta que el fado era su destino. Curioso, que precisamente fado proceda de la palabra latina "fatum", o sea, destino. Como cosa del azar que fue también el hecho de que uno de los iconos del fado portugués, Maria de Fe, la escuchara cantar y la invitara a actuar en su prestigioso local. Moura había llegado al Olimpo del fado.
Carácter portugués
Dice la cantante que el fado forma parte de la identidad portuguesa. "Somos muy introvertidos", asegura, para añadir: "Vivimos a la espalda de la poderosa Europa, con la infinita amplitud del mar ante nosotros, eso nos lleva a meditar". Eso sí, no necesariamente con un transfondo de tristeza. Moura afirma que el fado es simplemente un sentimiento, y que los sentimientos reflejan la alegría igual que el dolor, "simplemente todo lo que vivimos y sentimos".
Como otros miembros de su generación, Moura intenta adaptar el género a los nuevos tiempos. "Por eso utilizo textos que digan alguna cosa a la gente de mi generación y con los cuales nos podamos identificar. También utilizo influencias musicales contemporáneas", explica.
El éxito no ha apartado a esta cantante portuguesa de 28 años de sus raíces. Si acaso, la mantiene un poco alejada de su tierra. Viaja mucho, ha pisado escenarios como el Carnegie Hall de Nueva York e incluso los Rolling Stones se declararon aficionados a su música y la invitaron a producir dos canciones de forma conjunta. No se ha vuelta arrogante, quizás un poco melancólica. Es lo que tiene cantar fados.