Alerta sin pánico
13 de junio de 2002
El matutino Neue Osnabrücker Zeitung se pregunta: "¿Dónde termina la precaución? ¿Dónde comienza la histeria? Estas preguntas vuelven a plantearse debido a las últimas informaciones, poco concretas, sobre posibles intentos terroristas de derribar aviones de pasajeros sobre Alemania. Los servicios de seguridad se andan con cuidado. Entretanto, prefieren emitir una advertencia de más... Pero con la sensibilización ante los peligros del terrorismo también se puede caer en un exceso. La reacción correcta ante al terrorismo implica una conciencia permanentemente alerta ante los riesgos. Pero también procede no dejarse amilanar por escenarios de horror. Eso acercaría a los terroristas a su meta de paralizar de miedo a las sociedades y volverlas así dóciles a su voluntad".
No hay garantía de seguridad absoluta
El Braunschweiger Zeitung hace un llamado a la objetividad, apuntando: "Desde el 11 de septiembre, existe la certeza de que la red terrorista de Bin Laden no se limitará a los devastadores atentados de Nueva York y Washington. Se han analizado ya docenas de escenarios de atentados y masacres. Eventuales ataques con misiles Stinger serían sólo una nueva variante en el espectro de las posibilidades. El hecho de que ninguna de las espantosas hipótesis se haya hecho realidad hasta ahora, no excluye que pueda ocurrir. La conclusión es que siguen existiendo incontables escondites y brechas en la seguridad y que ni la policía, ni los servicios de inteligencia, pueden garantizar una protección absoluta. Pero eso no es motivo para caer en el pánico. En cambio, debería servir de acicate para que cada uno mantenga los ojos abiertos".
Mosquito convertido en elefante
"Las advertencias del servicio de inteligencia alemán indefectiblemente activan en la memoria las imágenes de aviones estrellándose contra edificios de altura. El gobierno alemán ha puntualizado de inmediato que se trata sólo de un "peligro abstracto". ¿No hay, en consecuencia, motivo de pánico? Sí y no... Si bien los servicios de seguridad occidentales subestimaron el peligro del terrorismo islámico antes del 11 de septiembre, ahora convierten, a todas luces, cualquier sospecha del tamaño de un mosquito en una amenaza del porte de un elefante. Por otro lado, desgraciadamente, nada resulta imposible desde los atentados en Estados Unidos y en Djerba. En consecuencia, no hay razón de pánico para la ciudadanía, pero sí motivo de mayor alerta para los servicios de inteligencia".