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¿Alemania un país de trabajadores frustrados?

Claudia Herrera Pahl1 de septiembre de 2006

Según un estudio recientemente publicado por la empresa asesora Gallup, el porcentaje de personal frustrado en Alemania es muy alto y esto se transforma en pérdidas para la empresa.

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No es lo mismo estar contento con el trabajo que estar emocionalmente ligado con el.Imagen: picture-alliance/dpa

Si se cree en los resultados a los que llega un reciente estudio hecho por la empresa asesora internacional Gallup, uno se pregunta cómo es posible que Alemania sea la locomotora económica de Europa y cómo es que muchas de sus medianas y grandes empresas registran ganancias.

Según este estudio la frustración entre los trabajadores alemanes hace que incluso saboteen a la empresa para la que trabajan con los resultantes problemas y pérdidas. El estudio sugiere que los jefes son en parte responsables de que los empleados no se sientan emocionalmente ligados a la empresa de la que reciben su sueldo.

En el estudio se divide a los empleados alemanes en tres grupos. El primer grupo contempla a una quinta parte de los empleados que no tienen ninguna relación emocional con la empresa y que incluso trabajan activamente para sabotear sus intereses.

El segundo grupo, que representa según esta estudio el 68 por ciento de los trabajadores alemanes, cumple con sus obligaciones a pie juntillas pero ni un poco más.

Unidos el grupo uno y dos conformarían el 83 por ciento de los trabajadores alemanes. Sólo un 13 por ciento de los empleados germanos son catalogados de altamente productivos para la empresa.

Contento pero improductivo

Un trabajador puede estar contento con su trabajo, pero lo importante es que se sienta emocionalmente ligado al mismo.

La diferencia consiste en que uno puede estar contento con el trabajo porque ofrece facilidades como poder hacer llamadas gratuitas, servirse del Internet o invertir tiempo pagado por la empresa para resolver cuestiones personales.

Por el contrario el que se siente emocionalmente ligado se concentra en impulsar los intereses de la institución para la que trabaja, en resumen, es productivo.

Los trabajadores con una gran relación emocional suelen faltar menos al trabajo, en promedio 2,4 días menos al año que sus colegas frustrados. El 77 por ciento de los empelados ligados emocionalmente a su empresa la recomiendan a sus amigos y familiares, frente a un 5 por ciento de los frustrados. Y lo que es aún más importante, tres cuartas partes de los empleados leales promueven los productos y servicios elaborados por su empresa, frente a sólo una cuarta parte de los frustrados.

El jefe siempre tiene la culpa

Según Gallup un empleado que se siente emocionalmente ligado a la empresa impulsa no sólo la producción sino también la innovación. El resultado: un trabajador motivado suelen aportar el doble de ideas que los que no lo están.

La cercanía emocional a la empresa se diferencia de departamento a departamento, según el estudio de Gallup, de lo que concluye que depende de los jefes de sección y su capacidad de impulsar a los empleados generarla.